Sin luz para coger el bus en A Merca

Una familia de A Merca está viviendo su particular calvario por la negativa de la administración a dar respuesta a la falta de luz que adolece la parada de autobús de la aldea. Un total de 225 metros separan el pueblo de Oxén de Arriba, en A Merca, de la marquesina donde cada mañana coge el autobús Marcos, un joven de 15 años, que desde hace dos cursa sus estudios en el Instituto Celanova Celso Emilio Ferreiro de la capitalidad. “Llevamos dos años reclamando para que cambien la parada o que nos pongan luz pública. Mi hijo coge el autobús todas las mañanas para ir al instituto y, en invierno a esas horas, es aún de noche. El pueblo está ahí abajo, y las dos últimas farolas están desconectadas y las que funcionan… alumbra más mi móvil”, describe Ángeles Gómez, madre de los dos únicos jóvenes del pueblo, de 15 y 10 años, y quien ha trasladado la correspondiente reclamación tanto al servicio de Transporte Escolar de Ourense como al Concello de A Merca. La marquesina está a media ladera, en un cruce entre dos viales secundarios, sin casas alrededor. “Aquí viene un microbús y, el primer año, bajaba hasta el pueblo, tiene sitio para dar la vuelta y serían dos minutos”, comenta Gómez, que hace cinco años se trasladó desde Madrid para vivir en la aldea de sus abuelos. La contestación de la Consellería de Infraestruturas e Mobilidade, de la que depende la ruta escolar, al cambio de parada solicitado por la familia fue que no procede porque está a 225 metros de la actual, que cuenta con marquesina y en la carretera principal del itinerario de la ruta escolar. “Pero no es lo mismo 225 metros en una ciudad o un pueblo más grande con luz que aquí, que estás a oscuras en plena montaña. Yo misma me he encontrado jabalíes y, en una ocasión, dos lobos en esa piedra”, describe esta madre que, ante la respuesta de la Xunta, ya el curso pasado trasladó su problemática al Concello de A Merca con el ánimo de que le pusieran un punto de luz en la parada. “Me dijeron que lo mirarían, pero que había que echar mucho cable, volví a preguntar este curso y hasta ahora”, dice consciente de que con luz “el riego seguiría ahí, porque estás en mitad de la nada. Pero no es lo mismo subir viendo lo que hay a tu alrededor, que hacerlo a oscuras y que, de repente, te salga un animal. Por lo menos ver para echar a correr”. Desde el Concello, el edil José Manuel Taín traslada que la familia “ten toda a razón do mundo” pero qué es Educación o Transportes quien debería dar respuesta a este problema. “A parada está ubicada fora do pobo, para o autobús non supón prexuízo algún baixar uns metros e recoller ao rapaz xunto á fonte”. Desde el Concello se ofrecen a mover la parada de sitio, si ese es el problema. “A nós, poñer catro puntos de luz ata a parada suporíanos un investimento de 6.000 euros e o custo de alumeado para que, o día de mañá, esten iluminado o monte”, describe Taín quien, volverá a contactar con la delegación para, esta vez por escrito, trasladar la queja. Unos por otros, la familia lleva dos años así “y los que nos quedan, porque mi hija en dos años empezará el instituto”, apunta Ángeles quien seguirá acompañando cada mañana a su hijo hasta la parada “y, si alguna vez no puedo, como ha pasado, se quedará sin ir al instituto”.