Nadal con ecos de Ucrania en Celanova

photo_camera Cinco familias ucranianas pasarán esta Navidad en Celanova. Lejos de su país y de sus seres queridos, pero creando nuevos lazos y tradiciones. Ayer coprotagonizaban la inauguración del “Belén de Eva” en la calle Castor Elices.
Cinco familias ucranianas pasarán esta Navidad en Celanova. Lejos de su país y de sus seres queridos, pero creando nuevos lazos y tradiciones. Ayer coprotagonizaban la inauguración del “Belén de Eva” en la calle Castor Elices

Elena, Olga, Tatiana , Svetlana o Yulia son algunas de las matriarcas ucranianas que, este año, pasarán la Navidad a 3.800 kilómetros de su hogar. Lo harán rodeados de su familia ourensana, la misma que ayer trataba de sacarles una sonrisa con motivo de la inauguración oficiosa del belén que cada año monta la celanovense Eva González.

“Teníamos muchas ganas de celebrar la Navidad con la familia, no puede ser…”, lamentaba Tatiana, una de las madres, muy agradecida con la ayuda y apoyo que han recibido desde su llegada, pero que se emocionaba al nombrar a su hija mayor, a su madre y a su marido, que  se quedaron en Ucrania. “Lo pasaremos con Eva, Amadino y toda la gente que nos está ayudando aquí, que son ya parte de nuestra familia”, añadía.

A Elena las clases de castellano, las tareas de la casa y el cuidado de sus dos hijos pequeños apenas le dejan tiempo para pararse a pensar en que ya es Navidad. “Más o menos”, contestaba en un perfecto castellano Svetlana, al ser preguntada por cómo está viviendo estas fechas. Extraña a su marido, a su familia, a su país… Pero está aquí con sus dos pequeños y no encontrar trabajo es lo que más le preocupa. Su madre, a su lado, trata de animarla. “Es Navidad y este año celebraremos el nacimiento de Jesús dos veces”, bromeaba.

En Ucrania, el día de Navidad se conmemora el 7 de enero, “así que haremos dos fiestas”, le comentaba a Liza, la intérprete ruso-celanovense que hace posible la entrevista. A ella le va describiendo Olga, otra de las abuelas que viajó con su nieto Daniel, las diferencias entre tradiciones. La Navidad ucraniana arranca el 25 con la colocación del árbol y nacimiento, es mucho más sencillo que aquí: solo con María, José y el niño. En las mesas, nada de marisco: ensalada “olivie”, la versión original de lo que aquí llamamos ensaladilla rusa, y también “arenque bajo abrigo”, un plato a base de remolacha, cebollas, patatas, huevos y mayonesa. “Es una celebración más familiar y lo que más, el 31 de diciembre”, añadían. Los niños llaman Did Moroz -o San Nicolás- a Papá Noel.

Integradas en la villa y en sus actividades, al 2023 “le pedimos paz, salud y volver a Ucrania”, decían las madres alrededor del colorido belén que ya se puede visitar en el bajo de la casa que comparten en la calle Castor Elices. Eva González, además de formar parte del grupo de apoyo a las familias ucranianas, lleva años poniendo la nota de color a la Navidad celanovesa con su singular belén de arcilla polimérica.  “No lo iba a poner este año, porque el local de Vilanova estaba ocupado. Pero por los niños de Ucrania…”, comenta la autora de este singular nacimiento, con 250 figuras-personajes que han formado parte de su vida: desde Mafalda o Fidel Castro, a los protagonistas del “Procés”, y este año soldados rusos y ucranianos. “Yo nunca cobré, ni pedí nada, pero este año me gustaría que la gente que venga a verlo colabore con la voluntad, para ayudar a estas familias que tenemos en Celanova”, comentaba en un llamamiento solidario.

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