Un total de 70 personas tomaron este jueves una perspectiva diferente de las calles de Celanova subiendo a la torre de las campanas del monasterio de San Salvador. Se trataba de la primera visita dirigida a las familias con el objetivo de que los más pequeños descubriesen esta singular vista del patrimonio arquitectónico de Celanova. Fueron cuatro las subidas realizadas en la primera jornada de este verano y contaron con la presencia de 22 pequeños, que se acercaron con curiosidad a descubrir la procedencia del sonido de las campanas.
Pero no solo los niños se asombraron al contemplar Celanova desde las alturas. El rango de edad de los participantes abarcó desde jóvenes de tres años hasta mayores de 70. Algunos de ellos, vecinos de la villa de toda la vida, no se habían animado nunca a realizar estas visitas, que valoraron muy positivamente ya de vuelta en la Plaza Mayor. Esta iniciativa, gratis en el caso de los niños y con un precio de un euro para los adultos, se repetirán los días 22 y 29 de este mes.
