La villa celebró la festividad de su fundador con la recuperación de la Procesión de las Reliquias

El obispado proclama la constitución de una cofradía que vele por la figura de San Rosendo

Los obispos de Lugo y Ourense, Alfonso Carrasco Rouco y Luis Quinteiro Fiuza, respectivamente, presidieron ayer las celebraciones en honor a San Rosendo en la villa celanovesa. Una festividad donde, tras la celebración de la procesión de las reliquias del santo por el Claustro Procesional y posterior misa solemne en la iglesia parroquial, permitió la proclamación del decreto de constitución canónica y la aprobación episcopal de los estatutos con los que se va a regir la nueva Cofradía de San Rosendo.
Ante los restos de San Rosendo, obispo de Galicia y fundador de Celanova, y en medio de una liturgia en su honor, Celanova celebró ayer la proclamación del decreto de constitución canónica y la aprobación episcopal de los estatutos con los que se va a regir la nueva Cofradía de San Rosendo, que se encargará de velar y promocionar su figura. ‘Será a alma da memoria espiritual de San Rosendo e a que nos axude a todos a seguir o camiño da santidade de Rosendo’, señalaba el obispo de Ourense, Luis Quinteiro Fiuza.

El párroco celanovés, César Iglesias, explicaba que ‘a cofradía ten un carácter especialmente relixioso para fomentar o culto a San Rosendo, as peregrinacións a Celanova e logo, de forma cultural, promocionar o que leve consigo o desenvolvemento cultural da cofradía’. A lo largo de los próximos meses, ‘volverémonos a reunir. Primeiro temos que buscar os socios e despois elexir á xunta directiva’, puntualizaba el párroco local, quien añadía que ‘a cofradía estará aberta a tódolos veciños da parroquia, pero tamén haberá espacio para socios de toda Galicia’.

Procesión del siglo XIX

La festividad de San Rosendo comenzó antes de mediodía, con la actuación vespertina por las calles de la villa a cargo de la Banda de Música de Celano va. A las 12.00 horas, párrocos del arciprestazgo celanovés iniciaban la Procesión de las Reliquias, una tradición que no se realizaba en la villa desde la Desamortización de Mendizabal (cuando en 1835 echaron a los monjes del Monasterio), y que fue recuperada con motivo del Año Jubilar. Un recorrido que este año fue algo más breve al estar cerrado al público parte del Claustro Procesional debido a las obras de restauración de las bóvedas.

Amenizada por la música del órgano y las voces de la Coral Solpor de Celanova, el obispo de Lugo, Alfonso Carrasco Rouco, presidió una misa que contó con una destacada presencia de público infantil. ‘É curioso como as raíces dun pobo están tan ligadas a un home bó’, señalaba Carrasco Rouco, quien destacó como ‘Rosendo construiu unha igrexa dándoo todo, terras e diñeiro, e non quixo que o seu legado quedase nas mans de familias nin condes. Un lugar novo que non dependera de ninguen e ó que lle puso o nome de ‘Cela’, un lugar onde habitar e estar todos xuntos, e ‘Nova’.

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