Fuentes municipales están estudiando la situación pero advierten que la reparación tendrá que esperar a que salga una subvención que costee la obra
El pasillo de entrada a la guardería infantil municipal se convierte en una piscina los días de lluvia. La situación provoca una gran incomodidad a los usuarios de las instalaciones, que acuden con niños y niñas de corta edad, y no ven como sortear la gran balsa de agua que se forma en el exterior. Fuentes municipales, que ya están al corriente de la queja, están estudiando la situación pero advierten que la reparación tendrá que esperar a que salga una subvención que costee la obra.n