CELANOVA

Polémica por la venta de una garita portuguesa a un español

La antigua garita de la Guardia Fiscal, abandonada, y, al fondo, la finca de su nuevo propietario (MARCOS ATRIO)
photo_camera La antigua garita de la Guardia Fiscal, abandonada, y, al fondo, la finca de su nuevo propietario (MARCOS ATRIO)

La Cámara de Megalço pretende recuperarla e intenta que el Gobierno portugués anule la operación.

La antigua caseta de la Guardia Fiscal portuguesa de San Gregório, en Melgaço, a escasos metros de la frontera con Padrenda es propiedad de un vecino de Ponte Barxas, Enrique Piña. A la vista del estado de abandono y deterioro del inmueble que linda con una finca de su propiedad ubicada también en terreno luso, Piña inició hace unos meses los trámites para su adquisición, y tras la consulta y tasación del inmueble por parte del Gobierno de Portugal (titular del inmueble), a finales de 2013 se formalizó la compra-venta de la garita y su terreno por 2.800 euros.

El edificio, de 12 metros cuadrados, "lo compramos para rehabilitarlo y mantenerlo porque está delante de una finca de nuestra propiedad", explica Suso Piña, hijo del nuevo propietario de la antigua caseta donde se fiscalizaba el contrabando entre ambos países y enfatiza que "vamos a gastar 5.000 euros en la rehabilitación de un patrimonio que es de ellos. Nosotros la compramos sin mala intención y, de haber sabido que había algún interés para rehabilitarla, no nos hubiéramos metido en medio. Pero nos fastidia, porque lleva 20 años abandonada y nadie protestó por ello".



Sin consultar

A pesar de que el expediente fue publicitado según marca la legislación lusa, la venta pasó desapercibida en Melgaço hasta hace un par de semanas cuando un diputado del PSD, Jorge Ribeiro, corroboró que los rumores que andaban por la zona eran ciertos y la noticia de la venta de uno de los emblemas fronterizos (es la caseta fronteriza ubicada más al norte del país, a escasos metros del marco fronterizo nº 1) revolucionó los foros y medios locales. "Nos tivemos coñecemento da venda polos medios. Ninguén informou a Cámara municipal da intención de vender o inmoble", asegura el presidente de Melgaço, Manuel Batista, que criticó al Estado por "a venta dun patrimonio común, que é de todos sin consultar a ninguén", al tiempo que resta importancia al hecho de que el nuevo propietario sea ourensano "si fose portugués, sería igual".

Las autoridades locales ya están estudiando "si é posible anular ese negocio e que a edificación, pequena pero con moito simbolismo, volva a ser patrimonio de todos", enfatiza Batista, que si bien reconoce que no tenían proyectado ningún fin para el edificio, "de revertirse o inmoble ao patrimonio público rápidamente lle buscaríamos uso" .

Piña, por cuyas venas también corre sangre portuguesa, resta importancia a las críticas "de tres o cuatro" y publicitada en algunos medios y foros lusos. "Por mi profesión tengo mucha relación con Portugal y, lo que me dicen los vecinos es que están contentos porque saben que así se va arreglar", concluye.

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