CELANOVA

Una red de voluntarios guiará a los retornados venezolanos en Celanova

Celanova concello
photo_camera Una de las charlas informativas celebradas por Cantaclaro esta semana en la Sala dos Arcos celanovesa.

El colectivo Cantaclaro pone en marcha el proyecto "Brújula" que da formación, empleo e integración

El Concello de Celanova cerró 2018 con un incremento del censo poblacional (de 5.455 a 5.533 habitantes), el primero que se registra en 13 años y en el que, tal y como reconocía recientemente el alcalde José Luis Ferro, han tenido mucho que ver los retornados de Venezuela (fuentes no oficiales apuntan que la comarca registró la llegada de 160 personas procedentes de Venezuela en 2018, 90 en 2017). 

Ayudar, asesorar y orientar a todos estos nuevos vecinos en su primer contacto con la localidad, pero también con un país en el que todo les es extraño, se ha convertido en el leitmotiv de la Asociación Cantaclaro. El colectivo cultural presentaba esta semana el proyecto "Brújula", un programa de orientación en materia de educación, formación y generalidades (extranjería, entorno,...). "No me gustaría que nadie volviera a pasar lo que pasé yo. Este plan persigue que la gente se ubique, evitar el abuso, informar sobre los recursos que ofrecen las administraciones y, cómo no, dar un poco de autoestima porque nuestra gente viene de un país derrotado", explicaba Daysi Ramírez, coordinadora de la asociación que, tras meses de experiencia informando de forma individualizada y a veces en precario (hasta esta semana no han conseguido una oficina de atención al público), se han lanzado con un proyecto global que pretende trabajar en comunidad y en el que colabora un equipo multidisciplinar compuesto por cinco personas.


Charla de la UNED


La Sala dos Arcos albergó este miércoles por la tarde la segunda sesión informativa sobre la oferta educativa y las posibilidades curriculares, con la participación de personal de la UNED que explicó las posibilidades que ofrece la educación a distancia. "Ha sido una primera toma de contacto para que sepan las posibilidades que hay. Ahora crearemos grupos de estudio y una plataforma en la que tendrán acceso a los exámenes y temas de cara a mejorar su formación y, en definitiva, acceder al empleo que es el objetivo final", dijo Ramírez.

La asesoría legal y jurídica, en especial aquella que se puede realizar desde la propia villa de San Rosendo, es otro de los puntos a trabajar. "Falta información, muchas veces hasta la propia gente de aquí desconoce la existencia de ayudas para emprendedores, para autónomos", asegura la coordinadora, quien quiere acabar con esa desinformación. El proyecto "Brújula" incluye un tercer apartado que abarca el conocimiento del entorno y su integración. "Queremos que sepan las maravillas que tiene Celanova en cuanto al patrimonio, que a pocos kilómetros hay un área recreativa preciosa para pasar la tarde en familia en A Bola o en Bande, con el yacimiento romano", concluía Ramírez.


De colectivo cultural a utilidad pública


La Asociación Cantaclaro nacía en Celanova en el año 2015 con el objetivo de difundir la cultura venezolana e impulsar la confraternización de los emigrantes. Tras unos inicios centrados en la organización de actividades culturales, la situación que vivía Venezuela y la llegada de  los primeros retornados a la comarca hizo que se cambiaran las prioridades. En estos casi dos años de experiencia en atención y asesoramiento, el voluntariado  en el que se ha transformado Cantaclaro ha tejido una amplia red que aporta desde alimentos no perecederos hasta muebles, pasando por ropa y útiles del hogar a todas aquellas familias que llegan con lo puesto "porque no hay una primera atención primaria, una oficina o un teléfono al que acudir en esos primeros días", asegura Ramírez. Desde el colectivo también alzan la voz para denunciar problemas de base que padece la comarca, como la ausencia de una red de transporte público o la dificultad de acceso a la vivienda (especialmente en alquiler), y que ya fueron incluidos en el estudio elaborado por la Organización Internacional para las Migraciones en 2018. 

Con el objetivo de seguir creciendo, y dejando claro que su experiencia y asesoramiento está abierto a todo aquel inmigrante que acabe afincado en la villa de San Rosendo, desde la asociación hacían un llamamiento para que nuevos voluntarios se sumen al proyecto con independencia de su nacionalidad. "Nuestro objetivo es lograr que el 50% de las personas que estén aquí tengan trabajo", insisten. Más adelante será el turno de pensar en actividades lúdicas.

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