Si Celanova tuviera que poner un título a este amargo 2020 sería, sin duda, "El desorden que dejas desorden que dejas". Carlos Montero ha revolucionado, con una novela que el mismo se ha encargado de transformar en serie y que está triunfando en Netflix, el día a día de sus convecinos en la villa y en la diáspora. Sentados delante del televisor, los celanoveses reconocen y señalan con orgullo cada una de las localizaciones de las que disfrutan telespectadores de 190 países, en una publicidad impagable que se espera que tenga retorno en cuanto la vieja normalidad vuelva a nuestras vidas.
El regalo de Montero, que ha llegado a las puertas de la Navidad, se empezó a materializar hace un año cuando el equipo de rodaje protagonizado por Inma Cuesta, Bárbara Lennie o Arón Piper tomó las distintas estancias monacales-incluido su bello Instituto- y también lugares emblemáticos de la villa como la Alameda o las calles Pardo Bazán y San Roque. Un rodaje que acabó días antes de que se decretase el estado de alarma por la pandemia del coronavirus y que tristemente puso a Celanova en el foco de la noticia con el primer brote en una residencia de ancianos, la de la San Carlos.
Será difícil olvidar aquella fatídica semana de San José cuando, de la noche a la mañana, el personal del centro tuvo que lanzar un SOS ante la situación caótica que estaban viviendo con el brote que afectó a 46 de los 58 usuarios y a 18 trabajadoras. Las horas se convirtieron en días hasta que, desde la Xunta de Galicia, se decidió crear un centro integral donde atender a los mayores con coronavirus en Baños de Molgas, siendo los celanoveses los primeros moradores. Y mientras, el pueblo se volcó donando material y EPIS a la residencia, a la cual la Unidad Militar de Emergencias acudió en dos ocasiones para desinfectar.
EMIGRACIÓN Y CULTURA
A nivel comarcal, Terra de Celanova arrancaba el año con la noticia de ser la única capital comarcal que subía en población debido, especialmente, a la llegada de ciudadanos venezolanos. Un incremento que ha continuado durante todo el año, en especial en lugares de gran tradición emigrante como Celanova o Ramirás, pero que en lineas generales ha contribuido a frenar la sangría demográfica que arrastraban algunos concellos, como el de Cartelle que llevaba dos décadas sin ganar población. Algunos concellos, con la idea de captar nuevos moradores, tanto de emigrantes retornados como de urbanitas que huyen de la ciudad en tiempo de coronavirus, han puesto en marcha bolsas de viviendas para fomentar el alquiler y venta de casas en el rural. En clave turística, este año ha sido el de la puesta en marcha del geodestino Terra de Celanova-Serra do Xurés y también de la nueva Asociación Amigos do Camiño Xacobeo de San Rosendo e da Rainha Santa.
Las quejas por los retrasos en el correo postal que padecen los vecinos de Cortegada, Gomesende, Padrenda y Pontedeva, así como los problemas de contaminación de las aguas que padecen periódicamente en A Merca y Ramirás han sido otras de las malas noticias del año. En A Merca, la polémica también surgía este otoño con la negativa del grupo de gobierno que preside el también médico Manolo Garrido por prohibir el uso del velatorio municipal a fallecidos con covid.
Año de la cultura
En el 160 aniversario de la creación de la Banda de Música de Vilanova dos Infantes, la cultura ha tenido un peso especial en la comarca. A la entrega del ya tradicional premio Celanova Casa dos Poetas, que este año ha recaído en el escultor Xosé Cid, hay que añadir la inauguración de un monumento a Xosé Velo en As Triguerizas o la declaración de Celso Emilio Ferreiro como procurador de honor en el 70 aniversario de incorporación al colegio profesional vigués. Rico en producción cultural, este año han visto la luz desde el documental "De Carballo a Carvalho" de Aser Álvarez a la nueva entrega de Relax&Siesta de Xudit Casas, que también se ha atrevido con la literatura. Otro celanovés, Chema Paz Gago, recibía recientemente el premio internacional de poesía "Claudio Rodríguez" por "Un mar de nombre impronunciable". Antonio Piñeiro, Juanjo Lamelas, Carlos Lorenzo y Baldo Ramos son otros de los autores que han publicado este año.
