entrevista

Ricardo Mínguez: "Celanova tiene una huerta interesante y con mucha calidad"

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photo_camera Ricardo Mínguez Abajo.

El último medio siglo de historia del campo celanovés se retrata en "Cincuenta anos máis cinco da Agraria", un trabajo que lleva el sello del que fuera jefe de la Oficina Agraria Comarcal, Ricardo Mínguez Abajo, y que esta tarde a las 19,00 horas se presenta en la Sala Micolóxica de la villa de San Rosendo.

¿Cómo surgió la idea del libro?

Durante el tiempo que estuve trabajando fui recopilando datos y estadísticas sobre la situación que vivía, a modo de observatorio de la realidad del campo a nivel comarcal. Con esa perspectiva y esa continuidad en el tiempo, saqué una serie de conclusiones de cómo era el campo y cómo lo trabajábamos nosotros, y quise reflejarlo en un libro.

¿Qué se podrá encontrar el lector de su obra?

Trato de reflejar cómo era la agricultura y qué se producía en el campo celanovés entre los años 60 y 80 del siglo pasado, la forma de atacar la problemática de la agricultura y cómo se trataron de imponer nuevas técnicas para que la rentabilidad fuera mayor. A mayores, hay un capítulo de anécdotas y también una parte fotográfica importante, con más de 40 imágenes de esa época.

Sin buscarlo, ha sido usted testigo del abandono del rural celanovés durante esa época.

Lamentablemente, sí. Cuando llegué aquí, el campo tenía mucha vida. El 25% de la producción de leche de la provincia salía de Celanova y todo el mundo cultivaba la huerta y tenía 2-3 vacas para autoconsumo. Pero todo eso se fue perdiendo como consecuencia de varias variables.

¿Cuáles?

Por un lado, las explotaciones eran pequeñas. Se intentó guiar el tema por las cooperativas, que podía haber sido una solución, pero humanamente era complicado. Y por otro, está el tema de que el campo está descapitalizado, había pocas ayudas, y poco dignificado. La gente joven no tomó el relevo y todo fue llevando a un abandono generalizado.

¿Cuándo empezó la decadencia del sector primario?

Digamos que fue algo lento, pero continuado, a partir de los años 80. No fue un abandono drástico. También es verdad que se esperaba que los emigrantes de Europa, a su regreso, desarrollasen alguna actividad en el campo, pero no fue así.

¿Cómo ve el futuro del medio rural?

En Celanova, al igual que en el resto de la provincia y mismo en el interior de Galicia, lo veo complicado a medio plazo. Porque ahora mismo poner en marcha las explotaciones que se abandonaron requiere de una inversión muy importante y la rentabilidad no es tan alta. Ahora bien, aquí siempre se trabajó la huerta, con una producción interesante y de calidad. Quizás esta línea de producción sí que se podría recuperar, con mejores perspectivas que las explotaciones de vacuno o ganaderas, porque no es necesario contar con grandes extensiones de terreno. Con una o dos hectáreas basta y ya sería una explotación viable.

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