En el último año, se dieron de baja 9 taxistas en el rural, y en el último lustro, la cifra se ha reducido en 28 efectivos. La situación no pinta bien. El año que viene, es probable que se unan a la desaparición las tres licencias que actualmente funcionan en Ramirás.
"Estamos case en quebra", afirma, con bastante pena Roberto Pérez Nogueiras. A sus 26 años, lleva cuatro trabajando en el taxi en su pueblo, cogiendo el relevo de su padre. "Ata comprei ao principio de ano un coche novo, porque nos obrigaban para seguir coa licencia e agora non teño como pagalo. Que vou facer con 15 euros que facemos á semana? O coche está todo o día no garaxe", relata. Explica que el Concello ha puesto en marcha un transporte intramunicipal gratuito y han perdido casi todos sus clientes.
"A ver agora como pago o coche", lamenta Pérez. "O ano que vén teremos que deixalo, e serán catro postos de traballo menos", señala. Durante los últimos meses se han movido, y han hablado tanto con el alcalde anterior como la regidora actual. "Pero claro, agora a ver como quitan algo que ofertaban gratis, ninguén o fai polo custe electoral que tería. Nós o que pediamos é algo como o que fixeron en Verea".
Reconoce que están "fastidiados" y que, actualmente, lo que facturan "non nos dá para nada", cuando antes "dentro do malo, chegabamos a fin de mes". En otros concellos, como A Bola, hacen muchos desplazamientos a Celanova, pero "aquí está todo concentrado en Vilavidal, e a xente xa vai aí co transporte gratis".
Tiene claro que tocará buscarse la vida posiblemente fuera, en otro trabajo. "Queren que a xente traballe no rural e bótannos. Eu, que acabo de empezar a gañarme a vida...".
