entroido

Tierra y asfalto, la peculiar alfombra roja para recibir a Maduro

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photo_camera Con Maduro a la carrera por la carretera (ÓSCAR PINAL).

Los disfraces fueron minoría en la comitiva vecinal que disfrutó corriendo desde O Cótarro hasta Outeiro do Meco, en un Entroido anárquico y rural

Sin piedad. Así trataron ayer en As Teixugueiras a su particular Maduro en la tradicional corrida del meco por los montes y carreteras de esta parroquia del rural de Cartelle, en la tercera y última jornada festiva.

Tras varios días de preparativos, tanto para la confección del meco como para la puesta a punto de los vecinos a través de bailes y paparotas para coger fuerzas, ayer fue el turno para la corrida do meco. Un singular pasacalles en el que ni el rango militar del protagonista ni las recomendaciones de los peliqueiros, libraron a Maduro de un viaje muy movido, donde pasó más tiempo comiendo asfalto y tierra, que sobre el propio carro en el que estaba previsto que "baixase polo Cótarro e subise pola barreira ata chegar ao Outeiro do Meco", recitaban los mayores del lugar, quienes recordaban como una sublevación, la de pagar una abusiva renta al recaudador de impuestos que comenzó en tiempos de Felipe V, fue el origen de esta fiesta "enxebre" y anárquica que nada tiene que ver con los Entroidos que se celebran en los concellos de alrededor.

La presencia de alguna que otra peluca o disfraz fueron, una vez más, testimoniales en una comitiva que lleva la "troula" en su ADN y que, desde la mañana a la noche, siguió los pasos de Maduro en su discurrir por la parroquia, todo ello con la incansable ambientación de Os Rianxeiros.

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