crónica

Una convivencia de película en Celanova

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photo_camera El alcalde, Antonio Puga, visitó a los participantes durante el rodaje en el Claustro Barroco. (C.P.)

Celanova acoge una nueva edición del campo de trabajo de audiovisual, en el que participan 19 jóvenes llegados de todos los rincones del mundo. Estos días ruedan en la villa el corto que estrenarán este jueves

Como si de "La Metamorfosis" se tratase, un francés abre la puerta de su casa y, de repente, descubre que ya no está en su ciudad, sino en un lugar nuevo que deberá descubrir. Así comienza el cortometraje que estos días ruedan en Celanova los 19 participantes en el campo de trabajo de audiovisual que cada verano recibe en la villa a jóvenes de todos los rincones del mundo. "É unha sátira con moitos tópicos", explica la directora del campo, Giovana Seijo, sin querer desvelar mucho más para no destripar la historia. Porque en ella, lo más importante no es la sinopsis de lo que veremos en pantalla, sino todo el proceso que se gesta tras ello. 

Los 19 jóvenes llegaron a Celanova el pasado lunes, día 15. Desde el primer momento se pusieron manos a la obra para dar forma a este proyecto audiovisual. De ellos dependía la idea, el guión, la búsqueda de localizaciones o la preproducción y había que hacerlo en tiempo récord. Está previsto que hoy mismo concluya el rodaje, que se ha desarrollado por diferentes puntos del casco urbano y los alrededores. El jueves será el gran estreno, durante la Muestra de Cortos, y, para entonces, debe estar todo listo. 

"El trabajo es duro, pero nos lo estamos pasando muy bien", explican los participantes, llegados de todos los puntos de España, así como de Francia, República Checa o Taiwán, que han conocido la existencia del campo a través de internet. Estos últimos son los que más diferencias perciben en la convivencia. "Habláis mucho y muy alto", señala la alumna de Taiwán, "pero me gusta". En ello coincide otra alumna, llegada desde República Checa, al tiempo que otros apuntan a que lo mejor de este campo de trabajo es que "estamos haciendo algo que va a quedar para la posteridad y, cuando queramos recordarlo, podemos volver a ver nuestro corto". 

Algunos de los participantes han estado ya en otros campos de trabajo de cuantos se celebran en toda la geografía española, pero si algo caracteriza al de Celanova es que el trabajo que se empieza se ha de acabar. "No es como en otros de excavaciones o desbroces, que se pueden continuar, éste tiene un proyecto cerrado", señalan los monitores.

Pero no todo es trabajo. La convivencia se alza como uno de los grandes pilares de este tipo de iniciativas. Los 19 participantes, junto con los monitores, han establecido el albergue municipal como campamento base durante su estancia en Celanova. Aunque echan en falta "saber trabajar mejor en equipo", puntualizan que la convivencia es "lo que llevamos mejor". Más que eso, incluso "hay un ambiente de película". 

Con el rodaje finalizado, queda todavía mucho trabajo por hacer pero los jóvenes han sido los artífices hasta de la banda sonora. Aunque algunos proceden de carreras relacionadas con el sector audiovisual, otros son alumnos de Historia o Literatura, que llegan a Celanova "por hobby". Pero eso no les hace implicarse menos en el proyecto. "Están todos entregados", insisten los monitores.

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