Está siendo abril, como también lo ha sido ya marzo, tendencia en las dos Galerías de Arte de Ourense su coincidencia en mostrar obras de artistas que han pasado por sus salas y han dejado en ella piezas... Es el Fondo de Galería. Así lo viene haciendo asimismo desde el pasado año el Museo Municipal. Son miradas retrospectivas, que en Marisa Marimón denominan “Stock room”, y en Visol “Pequeño formato”, mas todo es ya un “dejà vu”, un shock cardiogénico. Este, además, suele requerir un tratamiento inmediato, pues empeora rápidamente. Para el ambiente de arte en la ciudad supone una parálisis, que coincide con la pandemia vírica SARS-CoV-2. Además, las Instituciones Culturales locales, públicas o privadas, podrían mitigarla con su acción, mas se han retraído o difuminado desde hace más tiempo. Hay pues algo más que el covid-19.
La sala Marimón presenta una exigua muestra de su background. En ella destaca el rincón de pensar de Basallo, con varias de sus pequeñas piezas sobre repisa, alguna de ellas minúscula, cousiñas todas plenas de habilidad y poder evocador, otras van colgadas, y delante cual faro una pieza de madera y gran porte, un constructo ligeramente pintado al que añade cuerda. Es todo el aroma de un mundo fosilizado en su historia, mas ¿que está haciendo ahora el artista? Sería una interesante confrontación. De los demás, destacamos las piezas cerámicas de Xabier Toubes, en forma de cuadros, que buscan la sorpresa desde la proximidad de géneros.
En la céntrica rúa Santo Domingo, vemos en Visol la exposición tras el fallecimiento del pintor Vidal, hermano menor de Mary Carmen, la galerista. Dentro, en la multiforme muestra, domina su recuerdo, desde el bodegón del escaparate a sus tres gigantescas tallas del interior. En los tres niveles del recinto, como en almoneda, las numerosas obras ocupan incluso el parqué, lo que propicia la sorpresa. En la pared roja un cuadro de Manolo Figueiras con el recurso a Velázquez domina el conjunto. Allí un efecto vidriera de Cuevas, una talla de Luis Estévez y la escultura férrea tubular del escultor y arquitecto Antonio Souto, dos autores que apenas se prodigan. Pequeñas esculturas de X. Rivada, entre las que descuella la de los tubos verticales, cercana a los órgana del Barroco. También Ehlaba, María Lezón, Lola Catalá, Tareixa Taboada, Raúl Diniz o Sula Repani, con varios Alexandro, un Vilamoure, el expresivo grabado de "Poldras", y de una de las grandes artistas gallegas en este campo, Yolanda Carbajales, dos mezzotintas, Peliqueiro, 2017, y Matrioska, de 2002, obra esta de gran porte. Es, para Ourense, por otra parte, tiempo de reinventarse con espacios multifunción, para talleres y conferencias, encuentro de artistas y gentes interesadas alrededor del arte. "¡Oh luna, cuánto abril, / qué vasto y dulce el aire! / Todo lo que perdí / volverá con las aves (...)", que decía Jorge Guillén, quien concluía, "¿Y se perdió aquel tiempo / que yo perdí? La mano / dispone, dios ligero, / de esta luna sin año." (Advenimiento). El día veinte será luna creciente…
