Carlos Goñi: 'Vivo este sueño cada día con mucha intensidad'

Carlos Goñi.
El líder del conocido grupo Revolver, Carlos Goñi hace un repaso a su carrera musical con el recopilatorio Veinte años no es nada y confiesa haberse dedicado en cuerpo y alma a la música durante toda su vida e intentar dar lo mejor de sí mismo en cada disco.
El líder del conocido grupo Revolver, Carlos Goñi hace un repaso a su carrera musical con el recopilatorio Veinte años no es nada y confiesa haberse dedicado en cuerpo y alma a la música durante toda su vida e intentar dar lo mejor de sí mismo en cada disco.

Sin embargo, a día de hoy se toma su trabajo con más calma, no pasa grandes temporadas fuera de casa y disfruta al máximo de su mujer, su hijo Carlos y su hija Alicia, con los que comparte su gran pasión, la música.

- ¿Veinte años no es nada?
- Falso. Lo primero que digo en una nota interna es que el tango es falso. Es bastante tiempo.

- ¿Cómo surgió la idea?
- La compañía pensó que podría celebrar así los veinte años de carrera. Creo que es un regalo para los fans y sobre todo para mí también porque he recorrido mucho, y me honra.

- ¿No ha sentido cierta nostalgia?
- Yo odio este tipo de cosas, de hecho para mí ha sido muy duro hacerlo porque no soy nada nostálgico. Soy muy melancólico, pero la nostalgia me parece una pérdida de tiempo. Además en este tipo de discos tienes que echar la vista atrás y revisar un montón de material de hace mucho tiempo, y ver qué puede ser jugoso. Algo que a mí me parece muy duro ya que nunca reescucho mis discos.

- ¿Hay alguna canción que haya querido cambiar al revisarla?
- Muchas. Picasso decía: 'las obras no se terminan, se abandonan'. Yo aprendí hace mucho tiempo que cuando acabas un álbum eso es lo mejor que lo sabes hacer en ese momento. Veinte años después, tienes una perspectiva diferente porque has cambiado y sino es que eres un necio.

- Entonces ¿No queda nada del chico que empezó hace veinte años?
- Hombre, eres lo que fuiste. Pero es imposible que después de veinte años sigas siendo exactamente igual... hay dos o tres palos del sombrajo que siguen aguantando con los mismo cimientos, pero la visión cambia porque tú cambias.

- Entonces el disco no marca ni un antes ni un después...
- No, para nada. Es más recuerdo que durante la gira y promoción de '21 gramos' erais los periodistas los que me decíais: '¿Veinte años no?' y yo no era consciente.

- ¿Cómo se siente profesionalmente en estos momentos?
- Afortunado, aunque así me siento desde el segundo álbum, por poder seguir haciendo lo que más me gusta. Nunca me imaginé que llegaría hasta aquí. Así que vivo este sueño cada día con mucha intensidad. Es mucho más de lo que jamás esperé alcanzar. Así que lo único que puedo hacer es estar agradecido.

- ¿Cuál es el peor momento que ha pasado musicalmente?
- Creo que fue con 'Mestizo'. Escuchándolo me di cuenta de que cometí muchos errores de producción y de que tal vez por eso no funcionó mejor. Pero es curioso porque es el disco que menos se vendió de todos, pero el único que tengo nominado para un Grammy. O tal vez con el segundo, que me parecía y parece un buen trabajo y corrió una suerte nefasta. Vi como gente que sacaba su primer disco, y cuya música no me gustaba en exceso, vendía 300.000 discos y yo solo 20.000. Así que hubo un momento en el que quise abandonar. Pero bueno, parece que el tiempo me ha dado la razón.

- Entonces, ¿no se puede decir que si un álbum tiene determinados elementos será un éxito?
- No lo sé la verdad. Yo no preparo mis discos pensando en el público, sino que hago lo que me dicta el corazón y creo oportuno. Como creador lanzas una propuesta que es la tuya, que está impregnada de lo que tú creas. Sin embargo es el público el único que tiene potestad absoluta en decidir qué va a ser éxito y qué no. Tu compañía puede invertir miles de euros, pero si no le entra al público no le entra. Así que es la gente quien elige lo que tendrá vigencia dentro de veinte años y lo que no. Y ni siquiera creo que ellos sepan por qué.

- ¿Cuál es su canción favorita?
- No tengo, pero sí que hay una que me gusta especialmente porque me lo paso muy bien al cantar. Así que el día que decida hacer mi último concierto esa canción estará.

- ¿Y ese último concierto será...?
- No lo sé...

- ¿Es de los que prefiere morir en un escenario?
- No, seguiré hasta que me lo pase bien. Hasta que me aguante la ilusión y todavía tengo muchos proyectos que quiero hacer. El día que se me acabe me dedicaré a otra cosa, pero no sé a qué, porque cuando eres músico es porque no puedes ser otra cosa.

- Y mientras le aguante también la creatividad porque después de veinte años...
- Claro porque si un día, por mucha ilusión que tenga, no me gusta lo que escribo...pero la creatividad tiene que ver con que te muevas por el mundo. Si mantienes las ventanas de tu casa muy abiertas al mundo y a la gente debe de fluir. Igual te quedas seco, pero...yo esto es algo que no le deseo ni a mi peor enemigo. A mí me pasa cuando acabo un álbum, que tengo la sensación de que me quedo vacío. Como si fuera a enfrentarme a un abismo. Horroroso.

- ¿Diría que esto es lo peor de la música?
- Lo peor de la música es perder la ilusión. En la gira del año 98 hubo un momento en el que ya no podía más. De hecho en un concierto no sentí nada ni en el momento en el que me subí ni en el momento en el que me bajé del escenario, así que a las tantas de la mañana llamé a mi hermana y le dije que cortara la gira. Porque sin sentir nada no subo a un escenario. Y no volví a hacer gira hasta 2001.

- ¿Qué hizo para recuperarse?
- Nada, no es algo que debas provocarte, sino que debe suceder. Yo no me subo a un escenario porque sí. No lo tienes que hacer por una cuestión de necesidad tuya. Yo no digo que sea la manera, esta es la mía. Pero después de tanto tiempo aquí, creo que algo de razón tendrá este planteamiento.

- ¿Qué le ha dado la música a usted?
- Me lo ha dado todo. Me ha permitido vivir un sueño, que cada lunes por la mañana sea feliz pensando que voy a trabajar en el mejor empleo del mundo. Hay gente que está deseando que llegue el viernes para cogerse una borrachera descomunal y pasarse el viernes y el sábado en otro planeta. Este no es mi caso. El secreto está en que yo cojo una guitarra y eso me pone feliz, no lo que conseguiré a partir de aquí.

- ¿Qué le gusta hacer en sus ratos libres?
- Me encanta estar con mi familia. Yo incumplo todos los preceptos del Rock & roll, me levanto a las siete de la mañana, me voy a correr, me acuesto a las once...Disfruto viendo con mi hijo un partido de la NBA, o haciéndole castañas a mi hija.

- ¿Les ha transmitido su pasión por la música?
- Sí, a los dos les gusta mucho la música. Mi hija está estudiando flauta travesera, le encanta, y Carlos, el mayor de 20 años tiene una cultura musical despampanante, pero lo ve como un hobby.

- ¿Les ve dedicándose a ella profesionalmente?
- No, y espero que no. Todo lo contrario que la mayoría de los músicos.

- ¿Por qué?
- Porque me parece un negocio extremadamente duro, que te exige todo sin asegurarte en ningún momento que te va a devolver algo. La música te consume, y no esperes que te devuelva nada tangible de entrada. Además la única manera de conseguir algo es que le dediques tu vida, y haciéndolo, nadie te asegura nada. Así que o lo haces pensando que quieres ser eso aunque no tengas éxito o...

- ¿La música le deja tiempo para su familia?
- Durante muchos años ha sido muy duro. Y a partir del 98 decidí relajarme un poco. Sigo haciendo 70 conciertos al año, pero me voy y vuelvo...me lo tomo con cierta calma. Ya no estoy temporadas fuera de casa, porque ya no lo llevo tan bien. Me lo paso genial con mis músicos, que hacen un trabajo exquisito, pero siempre deseando volver a casa. Disfrutando lo que hago en cada momento.

- ¿Qué proyectos tiene para el futuro?
- Tengo ganas de irme a Marraquech a grabar un álbum, de grabar un disco únicamente con mi voz y una armónica...

- ¿Hay algo que tenga pendiente?
- El problema es que pendiente no tengo nada, solo proyectos que se van cumpliendo.

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