ARTE ET ALIA

El Carrabouxo como símbolo

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Es la figura del “Carrabouxo” una invitación a leer el periódico en la calle. Su imagen es la personificación de una idea, la del hombre tranquilo que lee andando. Camina ensimismado mientras pasa la vista por las noticias y fotos del diario abierto en sus manos. Es una manera de entender la vida, desde la calma, sin más preocupaciones que la propia acción del caminar. Levanta la vista para mirar de lado, con el cigarrillo en los labios, gesto típico de los fumadores pues el humo del cigarrillo que lleva en la boca suele molestar la visión, haciéndolo hacia la izquierda... Pese a la inminencia del tráfico rodado su ritmo de zancada es amplio. 

Es el “Carrabouxo” un personaje de ficción que presenta en la viñeta una visión irónica o sarcástica del acontecer diario, explicándolo con retranca de gallego de boina calada, con la que pone techo a su espigado porte. Así lo efigia en la estatua viaria de la calle peatonal del Parque de San Lázaro el escultor César Lombera. En la obra desarrolla en volumen el personaje creado en papel para el diario La Región por Xosé Lois González Vázquez (Ourense, 1949), que ve la luz el 10 de noviembre de 1982. Es la creación de humor gráfico más longeva de la prensa gallega. Su creador, ingeniero de telecomunicación de profesión que estuvo al frente de la jefatura provincial hasta su jubilación hace unos años, presenta habitualmente una visión sarcástica del acontecer diario. Sus celebrados juegos de palabras, de sentido equívoco, le han granjeado una gran popularidad y legión de admiradores y simpatizantes. Es la suya la retranca rural gallega, pues el autor creció en Osmo (Cenlle), comarca del Ribeiro. El personaje dibujado con desgarbado continente es lo contrario de la agalla del roble en bola, o carrabouxo, contraste humorístico buscado desde el idioma gallego, en el que se expresa siempre. En el bronce de Lombera lleva zapatos tipo Charlot, una policromía ausente en la viñeta, y manos de cuatro dedos con las que sostiene un diario: es la alusión a La Región cabecera en la que viene apareciendo desde hace casi cuarenta años, lo que le convierte en un hito del humor gallego. En una publicación reciente se destaca como esta estatua es la primera dedicada a un personaje así en Galicia, e incluso en el mundo, ya que las dedicadas al “Floreano” de “Gogue” en Vigo, o la “Mafalda” de “Quino” en Argentina son posteriores.

El respeto a la obra, y a lo que significa, en su personalidad espacial en plena calle peatonal, genera su reconocimiento al deambular en torno a ella. Es así como puede desarrollarse en este espacio social el ritual público de la experiencia del arte con el contacto físico y visual, lo que no es más que un continuum histórico, pues la experiencia del arte ha sido comunitaria desde sus orígenes. Al fomentar nuestra identidad provincial podemos sentirnos uno con este símbolo ourensano. Porque el arte fomenta identidades y cohesión, y quienes lo aman sienten que forman parte de una comunidad. Cultura hoy, futuro mañana.

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