Un equipo internacional ha completado la secuenciación del genoma de la judía, trabajo en el que han participado científicos gallegos del Consejo Superior de Investigaciones Científicas (CSIC).
La investigadora Marta Santalla, de la Misión Biológica de Galicia, con sede en Pontevedra, ha coordinado al grupo que ha colaborado con otros 24 equipos de España, México, Brasil y Argentina.
Santalla explica que esta secuenciación es 'uno de los hitos científicos más importantes' en la historia de la investigación sobre la judía, puesto que permite afrontar, 'de un modo directo y con el conocimiento científico necesario', la modificación de sus genes 'en beneficio de la humanidad'.
Tras identificar más de 26.000 genes en la variedad de judía común, el equipo científico se dedica ahora a resecuenciar los genomas de otras variedades, tales como la fabada de España o la alubia de Argentina.
El objetivo, apunta Santalla, es identificar y ubicar en los próximos meses genes importantes de resistencia a enfermedades y tolerantes a factores abióticos, tales como baja fertilidad o sequía, con un potencial uso biotecnológico.
Asimismo, se están generando marcadores moleculares para su uso en programas de mejora genética.
La judía sigue así la estela de otras plantas como el maíz, el tomate, el melón o la soja, cuyos genomas han sido analizados en la última década.
Santalla explica que esta secuenciación es 'uno de los hitos científicos más importantes' en la historia de la investigación sobre la judía, puesto que permite afrontar, 'de un modo directo y con el conocimiento científico necesario', la modificación de sus genes 'en beneficio de la humanidad'.
Tras identificar más de 26.000 genes en la variedad de judía común, el equipo científico se dedica ahora a resecuenciar los genomas de otras variedades, tales como la fabada de España o la alubia de Argentina.
El objetivo, apunta Santalla, es identificar y ubicar en los próximos meses genes importantes de resistencia a enfermedades y tolerantes a factores abióticos, tales como baja fertilidad o sequía, con un potencial uso biotecnológico.
Asimismo, se están generando marcadores moleculares para su uso en programas de mejora genética.
La judía sigue así la estela de otras plantas como el maíz, el tomate, el melón o la soja, cuyos genomas han sido analizados en la última década.
