Para muchos, quedarse en casa no es quedarse quieto. Hace unos días mirábamos cómo afrontaban el inicio del encierro por el coronavirus algunos ilustradores ourensanos -Celsius Pictor, María Grande y otros que puedes ver aquí-, y a medida que pasan los días, más y más creadores se unen a la tendencia.
Algunos se lo toman con humor, otros con resignada paciencia y otros con ganas de insuflar compromiso social en sus vecinos; todos, eso sí, ponen su toque artístico al aislamiento. Un ejemplo reciente es el de María Novoa, que -en su séptimo día en casa- reflexionaba con esta ilustración sobre el sentido de los aplausos y deseaba que “este momento de reclusión e introspección nos ayude a valorar lo realmente importante en la vida”.
Preocupado por el bienestar físico y emocional de sus seguidores, el ilustrador ourensano Christian Conch está dedicando sus últimos posts a ofrecer recursos y consejos para la cuarentena, como el de mimar a tus plantas, no obsesionarte o este, el de hoy:
El pintor y profesor Manuel Caride firma como Macaco y le echa humor al asunto: en estos días de encierro nos regala un coronavirus enfadado por el poder de la cuarentena. El COVID-19 -verde y alienígena como todos los buenos virus- se pasea hecho una furia por un pueblo gallego cerrado a cal y canto.
El sol brilla fuera, pero también puede brillar en tu interior. Esta lectura poética y optimista del aislamiento es una de las que se desprenden del sencillo y evocador dibujo que la joven artista y música ourensana Paula Rodríguez acompaña del hashtag #yomequedoencasa.
No menos evocadora ni poética es esta preciosa ilustración de Anabella Labrador, que huye del pesimismo y nos incita a hacer de nuestra casa un remanso de paz, como de cuento infantil. “Haz de tu hogar un mundo, ahora es el momento”, nos pide.
El dibujante de cómic Víctor Boullon recupera a su personaje Aleida -protagonista de su debut editorial, “Aleida. Cidade sen alma”- para trasladar algo del valor y empuje de esta joven heroína en la lucha contra el coronavirus. “Non hai vírus que poida deter a Aleida”, escribe el autor.
Por último -de nuevo, de momento, porque esta cuarentena parece que va para largo- recogemos el preciosista trabajo con los lápices de colores de la ourensana María Villarino. Con aires zen, una figura meditando nos invita a vivir este periodo confiando en la paz y la ciencia, personalizada en el heroico personal sanitario.