ARTE ET ALIA

Esencias y lecciones de un año

undefined
photo_camera Un brindis virtual con Miguel en su reciente cumpleaños, compartiendo el mismo mes.

Un ramillete de exposiciones emerge de las aguas del tiempo del pasado reciente en un ejercicio de memoria, para dilatar el aroma del recuerdo en otro giro total del sol alrededor de nuestro mundo. Su bouquet nos perfuma el Aninovo. La crítica y crónica de arte, la cultura y el patrimonio cultural, han tenido cabida en esta columna sin cesar un punto incluso durante los meses de confinamiento en primavera, o con el cierre perimetral, más recientemente. Antes y después han ido apareciendo aquí las exposiciones dedicadas al recinto de Santomé, castrexo y romanizado, gran referente arqueológico de la Hoya ourensana. La muestra de Buciños, en la que se recreó desde sus obras y la fotografía su entorno privado, fue asimismo un notable evento. Eva Díez y su casa esencial, y la del multiverso de Xosé Lois, ambas desde la fotografía e instalación, sobresalieron en el panorama artístico. Las de pintura de Carmucha Vázquez Prats y las sucesivas de la Colección Abrente en Ribadavia, tan necesarias, como las del comic de Rubín, y las de Poldras de grabado, ambas aún en cartel ahora, son un premio para la apreciación plástica. Aunque el “Celanova, Casa dos Poetas” para Xosé Cid sea un vintage desde la querencia del homenajeado en su plástica al fundador monástico Rudesindus. Xosé Cid conversando en noviembre pasado en su Casa Taller

COMPAÑERO Y AMIGOS

Ante todo, los recientes reconocimientos desde Sudamérica a Miguel Mosquera Paans: el premio internacional “Notas Migratorias César Vallejo 2020” por su artículo “Las concertinas”, publicado en la plataforma digital “Soy reportero” de la cadena venezolana TeleSur; siendo galardonado asimismo por el Instituto de Estudios Vallejianos de Trujillo (Perú) con la Medalla de Oro César Vallejo y la distinción Honoris Causa de la Fundación Universidad Hispana, con lo que se incorporará como delegado para España. Ambos compartimos día de publicación semanal. 

Así lo fue también con Esteban Plaza (+), otro querido amigo, recién fallecido. Publicista y comunicador desde las ondas locales de la SER, antes Radio Orense. La música de Mozart y la del Romanticismo, las películas en ByN de Mankiewicz, Huston, Lean o Wells, nos acompañaron. Así como su “Metástate da Paixón”. Fue Julio Dorado (+), otro admirado compañero en las páginas de opinión de este diario, quien tras su elegante y esclarecedora despedida en octubre pasado, muy enfermo ya, en una generosa columna en la que citaba incluso a varios colaboradores de LR desde la sensibilidad del corazón. Le conocí y valoré por sus columnas de fina prosa y variados registros de estilo, ejercicios siempre de exaltación de la vida, destacando lo humano de los sucedidos que recreó como protagonista directo, desde su actividad profesional de aviador. Los artículos de ambos, antes de partir para Ítaca, fueron expresión de un camino “largo / y rico de aventuras y conocimiento”. Su viaje entre nosotros fue de amplias llanuras, como descubriremos. Vemos desde este lado algo de lo que han “ganado en el camino”, viajeros de sus muchos años, tantos como fueron sus lecturas, pues no esperaron que Ítaca les recompensase. Un compartir en La Región, 111 años. Buen 2021. Sigamos el camino.

Te puede interesar