HA MUERTO A LOS 77 AÑOS

La ópera pierde al belga Gerard Mortier, su gran y polémico innovador

El mundo de la ópera ha perdido al belga Gerard Mortier, su gran y polémico innovador, que falleció anoche a los 70 años en su domicilio de Bruselas a consecuencia de un cáncer de páncreas que le fue detectado el pasado verano, cuando estaba al frente de la dirección artística del Teatro Real de Madrid.

Mortier (Gante, Bélgica, 1943) estuvo acompañado desde siempre por la controversia y tenía claro que su papel al frente de las instituciones musicales que dirigió a lo largo de su carrera fue abrir los horizontes musicales del público, haciéndole reflexionar, agitándole.

"Dicen que me gusta provocar, pero lo que me gusta es agitar, y veo a mucha gente contenta. Lo único malo para el teatro es la indiferencia", aseguró Mortier hace un año y medio.

Bruselas, París, Salzburgo y Madrid, cuyos escenarios operísticos dirigió, han recordado hoy la figura Mortier.

Los Reyes y los Príncipes de Asturias han expresado su pesar por la muerte de Mortier con una nota en la que han destacado el "carácter innovador" y la "aportación a la renovación de la ópera" del que han calificado como "un gran director artístico".

Por su parte, el ministro de Cultura, José Ignacio Wert, ha descrito al director como "una de las figuras más relevantes y que más ha aportado a la renovación de la ópera del último siglo. Era un entusiasta de la ópera y un incansable profesional que supo espolear la imaginación de la afición con montajes que generaron un rico debate intelectual".

El Teatro Real de Madrid, del que era consejero artístico, ha dedicado esta tarde a Mortier "la función de "Alceste", de Gluck, en la que se ha guardado un minuto de silencio en su memoria, mientras las banderas de su fachada de la Plaza de Oriente de Madrid ondean a media asta en señal de luto.

Instantes antes del minuto de silencio, el director general del Teatro Real, Ignacio García Belenguer, ha expresado en un breve discurso su "profundo pesar" por la muerte de una figura "decisiva para la lírica" durante los últimos cuarenta años y se ha mostrado "confiado" en que su legado "permanecerá vigente" en el Teatro.

Después de la función, García Belenguer ha dicho a EFE que Mortier fue un "revolucionario e innovador" capaz de movilizar a todo el público y "sobre todo al más joven".

Ha recordado también su empeño en sacar adelante el proyecto de renovación para el patio de butacas del Real así como su intención de acercar la ópera al público con grandes montajes como Perfect American o la reciente adaptación a la ópera de la oscarizada película Brokeback Mountain.

Mortier llegó al Real en 2010 como intendente con la intención de convertir el coliseo madrileño en "un laboratorio de la ópera del siglo XXI".

En esa labor levantó polémicas y reconocimientos, hasta que fue sustituido en septiembre por Joan Matabosch, decisión que hizo que el belga arremetiera contra los responsables culturales, aunque posteriormente quedó sellada la paz con el anuncio de que ambos gestionarían la actual temporada.

El pasado 17 febrero, Mortier quiso despedirse públicamente del Real a través de un correo electrónico enviado al presidente de su patronato, Gregorio Marañón, deseando a su sustituto, Joan Matabosch, "lo mejor" y con un expresivo "¡viva el Teatro Real!".

Matabosch ha lamentado hoy el fallecimiento de su predecesor, al que ha calificado como "una de las grandes figuras de la ópera a nivel internacional y del que debemos enorgullecernos de haber disfrutado" y ha ensalzado su contribución fundamental a la renovación de la ópera en las últimas décadas, mientras que Marañón ha dicho que marcó "un antes y un después en el mundo de la ópera".

También el Festival de Salzburgo, a través de su presidenta, Helga Rabl-Stadler, ha destacado hoy la labor realizada por el belga en la década (1991-2001) que estuvo al frente de esta institución: "Era maravilloso trabajar con él, cuando con competencia y pasión realizaba programas que previamente parecían irrealizables. Era difícil trabajar con él, cuando sus ganas de provocar herían a compañeros y artistas".

El Gobierno belga ha asegurado que el país pierde a una personalidad "visionaria" y a uno de "los nombres más grandes del mundo de la opera", mientras que la ministra francesa de Cultura, Aurélie Filippetti, ha rendido un homenaje a Mortier, que estuvo al frente de la Ópera de París entre 2004 y 2009, al que ha calificado de "gran figura del arte lírico".

Tras el fallecimiento del director, cuya ceremonia fúnebre se realizará en la más estricta intimidad, son varias las instituciones que dirigió que preparan homenajes.

Así, la Ópera de París ha anunciado que le dedicará la reedición de su "Tristán e Isolda" a partir del próximo día 8, mientras que el Real de Madrid prepara un acto de homenaje "en el que los jóvenes tendrán una presencia destacada, recogiendo su herencia como gran impulsor de la ópera como arte abierto a nuestro tiempo y a los nuevos públicos".

Asimismo, el Teatro Real de la Monnaie de Bruselas organizará un homenaje al que fuera su director durante diez años, y le dedicará además la adaptación de "Au monde" (En el mundo), del autor y director de teatro francés Joël Pommerat.

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