Cuatro fotógrafos rinden homenaje a la luz a través del paisaje riojano

Vista de algunas imágenes del fotógrafo Jesús Rodríguez Rocandio, pertenecientes a la muestra "Arte en la tierra" en la que se utiliza el paisaje riojano de Santa Lucía de Ocón
photo_camera Vista de algunas imágenes del fotógrafo Jesús Rodríguez Rocandio, pertenecientes a la muestra "Arte en la tierra" en la que se utiliza el paisaje riojano de Santa Lucía de Ocón

Los fotógrafos Jesús Rodríguez Rocandio, Félix Guerra, Teresa Rodríguez y Rafael Lafuente han utilizado el paisaje riojano de Santa Lucía de Ocón y su paisanaje como excusa para rendir homenaje a la luz a través de diferentes técnicas, durante la duodécima edición de la muestra "Arte en la tierra"

El organizador del certamen riojano de "land art", Félix Reyes, ha detallado a Efe que este año se decidió que esta edición se dedicara exclusivamente a la fotografía y sus diferentes técnicas, en vez de incluir diversas disciplinas artísticas.

Esta muestra ha supuesto "un desafío enorme", ha reconocido Reyes, ya que requería alguna intervención física en el paisaje, para utilizarlo como el soporte en el que mostrar las imágenes.

Para ello, cada autor ha elegido una técnica diferente para plasmar su arte, siempre partiendo de un elemento básico en fotografía, la luz, y como homenaje al nombre del pueblo que acoge esta iniciativa, que es Santa Lucía.

El galardonado con el Premio a las artes 2013 de La Rioja, Jesús Rodríguez Rocandio, ha hecho doce fotografías del mismo retazo de paisaje de Ocón durante 24 horas seguidas.

Las imágenes de la obra "El hombre afortunado" se han colocado en una especie de cilindro abierto por arriba, realizado con cientos de fardos de paja, que simboliza "el paso del tiempo".

Como un pintor clásico, se ha centrado en el encuadre del paisaje, para "demostrar que la luz produce efectos maravillosos", desde el alba azul marino al amanecer naranja, con tormenta nocturna incluida.

Teresa Rodríguez ha jugado con los ojos en su "Bosque de ex fotos", instalado en una chopera y dedicado a Santa Lucía, la patrona de la vista y de los fotógrafos.

A través de 93 imágenes enmarcadas y colocadas en pequeñas cajas, esta fotógrafa ha utilizado los árboles para colgar sus obras, en las que aparecen miembros de su familia, los organizadores de la muestra (Félix Reyes y Rosa Castellot), los vecinos de Santa Lucía y su propio oftalmólogo, quien se encarga de cuidarle la vista.

Como una "ofrenda laica", la autora ha utilizado la iconografía religiosa de su infancia, a través de los exvotos, de modo que ha imitado a los santuarios en los que los fieles colocaban estas ofrendas a sus dioses en agradecimiento a una curación.

En "Hombre-tierra-hombre", Félix Guerra ha querido rendir homenaje a Floren, un agricultor de la zona que desde hace doce años colabora con este certamen cediendo alguna de sus tierras.

Así, Guerra ha hecho un seguimiento diario de sus quehaceres agrícolas para conseguir 20 estampas cotidianas de Floren, en papel de caña de bambú barnizado, que simulan brotes vegetales que asoman del campo.

Estas fotografías en blanco y negro están colocadas sobre unos soportes de hierro, a una altura aproximada de un metro, para obligar al espectador a agacharse y "mirar a la tierra", como hace el agricultor.

"El hombre trabaja la tierra, y la tierra también trabaja al hombre", ha dicho el autor. Así su obra cuenta "capítulos de la vida de Floren por secuencias, colocadas de dos en dos, menos la primera y la última, que son un retrato de presentación del agricultor y un paisaje del pueblo de Santa Lucía visto desde su tierra".

Por último, en "Estudio de sombras", Rafael Lafuente ha utilizado cuatro colmenas para presentar en su interior un total de 48 imágenes, que le han servido para recolectar las huellas de Santa Lucía a través de elementos vegetales que ha encontrado en diferentes rutas por el pueblo.

Lafuente, fotógrafo oficial de esta muestra entre 2008 y 2013, ha utilizado una plancha con papel para lograr estas imágenes mediante la técnica de la cianotipia, que se utilizaba en el siglo XIX.

Tras un proceso de revelado, ha obtenido la "huella" de estos objetos naturales en el paso del tiempo, "recolectados" como la miel, en un homenaje a los apilcutores de la zona. 

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