Escrita por el británico Peter Shaffer, esta nueva versión propone una escenografía el estilo 13 Rúe del Percebe

Gabino Diego e Yllana se embarcan en 'El apagón', 'una metáfora lúdica de la ceguera de los videntes'

 La actriz Eva Santolaria y el actor Gabino Diego posan junto al director teatral Joe O'Curneen (d), autor del montaje 'El apagón', de la compañía Yllana, durante una entrevista con Efe (Foto: EFE)
El actor Gabino Diego protagoniza 'El apagón', una comedia del británico Peter Shaffer dirigida por Yllana que este jueves llega al Teatro Alcázar de Madrid en una versión que propone 'una metáfora lúdica de la ceguera de los videntes'.
Así la ha calificado este lunes Joe O'Curneen, director de la función, para quien la obra es 'una comedia disparatada, probablemente la única que escribió Shaffer' (muy conocido por otros textos como 'Equus' o 'Amadeus'). En su opinión, 'El apagón' parte de una singularidad: el juego que presencia el espectador al producirse un apagón en la vivienda los protagonistas. Aunque el público les vea son los actores quienes deben simular que no se ven, es decir, se juega a la inversa.

O'Curneen recuerda que el autor se inspiró para escribir este texto (que ya interpretó en España Paco Morán a finales de los 60) en una escena que vio en una obra china, donde dos guerreros batallaban en la oscuridad pero a plena luz en la sala, para que los espectadores vieran la escena. 'Hacer creíble eso era lo difícil', recalca.

Este es, si cabe, uno de los grandes retos que presenta la obra para los actores y que les obliga a 'mantener el ritmo y la tensión' y a realizar 'un trabajo muy corporal'. 'No podemos mirar a los ojos a los otros actores, sólo de pasada. Es como una interpretación un poco solitaria', apunta Gabino Diego en declaraciones a Europa Press.

El elenco de artistas se completa con Eva Santolaria, Aurora Sánchez, Diego Molero, Paco Churruca, Ramón Merlo y Ana Arias. Todos ellos consiguen crear una función 'muy coral' en la que 'el peso de la comedia más gestual lo llevan los otros personajes junto a la pareja protagonista', señala Santolaria.

Precisamente la mentira de esa pareja juega un papel decisivo en esta obra de Shaffer. 'Aparentan algo que no son para impresionar al padre de ella. La trampa cada vez va a más y a raíz del apagón la historia se complica y se convierte en un laberinto sin salida. La gente se entretiene con todo este lío', dice O'Curneen.


FARSA Y COMEDIA SOBRE TODO
Tanto el director de la función como Diego y Santolaria consideran que esta obra tiene como una misión entretener y divertir. Gabino Diego no duda en referirse a que es principalmente una función 'para reírse de manera inteligente'. 'Los conflictos que hay por debajo me parecen interesantes aunque lo importante es que la gente se lo pase bien', afirma.

Para Santolaria, 'el enredo, la farsa y la comedia están por encima de todo lo demás' y 'la confusión que se crea alrededor de ese apagón pretende que no decaiga el ánimo'.

Joe O'Curneen considera que otra lectura que no sea la del entretenimiento 'sería equivocada'. 'Es un puro vodevil, una gran farsa, con equívoco de identidades y mentiras', dice recordando que Shaffer tenía esta obra metida en un cajón y que se la pidieron como contrapunto a un drama de Ibsen. 'Para nosotros, como compañía, este texto es un bombón', asegura.


CAMBIOS IMPORTANTES
Respecto al original, Yllana ha realizado cambios sustanciales en el texto que afectan, por ejemplo, al final. Mientras en la obra de Shaffer es 'más caótico', en esta ocasión la compañía ha optado por 'una solución más apaciguada', dice el director de escena.

Asimismo, también hay cambios en el orden de aparición de los personajes porque el autor los hacía desaparecer a través de una trampilla y ellos han optado por crear 'una escenografía al estilo 13 Rúe del Percebe, con diferentes departamentos por los que deambulan los personajes'. 'Hemos creado una inercia imparable de ritmo y confusión con líneas de acción que no existían', explica O'Curneen.

Gabino Diego considera que todo ello hace que esta versión de 'El apagón' tenga un 'estilo Yllana' y una gran 'personalidad'. El director apunta además que el tono de la comedia es muy 'destroyer', 'traspasa ciertos límites, aunque calibramos bien el tipo de humor que ofrece la obra', añade.


VÁLVULA DE ESCAPE
Respecto al papel que en estos momentos de crisis debe cumplir el teatro, Gabino Diego apunta que, ante todo, 'debe servir como válvula de escape para la gente y no sólo ahora, sino siempre. Esta función tiene esa misión. Que la gente sienta que puede afrontar cada día con optimismo', explica.

Para Eva Santolaria, el teatro debe 'entretener'. 'Quienes nos dedicamos al arte y la cultura tenemos la oportunidad de llegar a mucha gente y ser portavoces de lo que ocurra en la calle', asegura.

Por su parte, Joe O'Curneen recuerda que el teatro 'es un medio de comunicación y debe ser ocio y divertimento, pero también protesta y denuncia', sin olvidar que además es 'una industria'. En su opinión, 'el sector está debatiendo en estos momentos que es lo que hay que ofrecer al espectador'. Y se inclina por mantener un 'amplio abanico de opciones'. 'Lo destacable es que la gente sigue yendo al teatro en busca de la verdad', dice.

El teatro es, en cualquier caso, un refugio siempre seguro para los actores. Por eso, Gabino Diego confiesa que le encanta y que siempre se ha visto así, 'actuando cara al público'. 'Firmaría por continuar toda mi vida, soy muy feliz y afortunado recorriéndome España actuando', dice.

Eva Santolaria opina que tanto el teatro como el cine o la televisión 'son distintas formas de trabajar conectando con el público, que es el objetivo principal'. La diferencia es que para ella, el teatro es 'el examen final'. 'Y tú te pones la nota más severa porque tienes una responsabilidad ante el público', concluye.

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