Presenta la premiada 'Balada Triste de Trompeta'

De la Iglesia: 'Soy el mismo que hizo 'Acción Mutante' pero más apaleado'

Foto: TORNASOL FILMS
Esta semana llega a los cines Balada Triste de Trompeta, la nueva película de Álex de la Iglesia, que en cierto modo supone una vuelta a sus proyectos más extremos de los años noventa. De hecho, el cineasta se considera 'el mismo' que en 1993 hizo 'Acción Mutante' aunque, eso sí, 'más apaleado'.
Según ha dicho, esta nueva cinta es una 'comedia siniestra y terrible, aunque también un drama porque los personajes sufren realmente, y al mismo tiempo una película de terror' que arranca en plena Guerra Civil y discurre posteriormente en un ambiente circense del Madrid de 1973.

De la Iglesia reconoce que esta película demente refleja cómo tiene él 'la cabeza', y explica que es todo resultado de su gusto 'por lo extremo, lo grotesco y lo trágico, por personajes que viven la vida al límite, que intentan desesperadamente encontrar el amor y no lo consiguen en un entorno enloquecido'.

Dos personajes, Javier y Sergio, dos payasos terroríficos y desfigurados encarnados por Carlos Areces y Antonio de la Torre, corroídos por la ira y la desesperación que se enfrentan a muerte por el amor de una bailarina, la mujer más bella y cruel del circo. Junto a ellos, Carolina Bang, Sancho Gracia, Juan Luis Galiardo, Manuel Tejada, Santiago Segura, Fernando Guillén-Cuervo, Fofito, Terele Pávez y Fran Perea, entre otros.

El director ha reconocido también ciertos paralelismos con la primera película de la saga de Batman, como el ambiente de comic en la ciudad de Gotham, y ha señalado que tuvo la sensación de 'estar rodando con el Jocker' interpretado en su momento por Jack Nicholson. 'Los dos personajes, también como ocurre en Batman, son dos tipos que se disfrazan y que enloquecen por el amor de una mujer', ha apuntado.

'NO MADURO CON LA EDAD'

Acerca de esa aparente vuelta al cine gamberro de sus primeras obras, y que alcanzó la cumbre con 'El Día de la Bestia' (1995), ha planteado que 'la gente lo ve así porque piensa en 'Los Crímenes de Oxford'', pero ha resaltado que él sigue 'siendo el mismo, y desgraciadamente', no es 'una persona que madure con la edad'.

'Algunos han dicho que esta es mi primera película de la madurez, pero soy el mismo que hizo 'Acción Mutante' aunque más apaleado. Básicamente he aprendido a esquivar golpes. Esto es un poco cómo veo yo mis recuerdos, mi pasado, mi vida, una mezcla imposible de sabores', ha argumentado.

Para el director, colocar a dos payasos como protagonistas de esta historia ayuda a dar 'esa sensación de pantomima o farsa', ya que, a su juicio, España 'era un circo en 1973'. Además, ha señalado que 'un payaso disparando es una imagen muy potente'.

'Tenía muchas ganas de diluir con ácido el clásico, y para eso he metido a una niña con faldas y ricitos de oro en mitad de la era. Tenía ganas de introducir nitroglicerina en el concepto mismo de la guerra con una imagen brutal, y la intención era precisamente destruir la imagen clásica, hacer cina español pero de otra manera', ha indicado sobre situar el inicio de la historia en la Guerra Civil.

Finalmente, ha valorado el 'gran nivel de implicación' de todos los miembros del equipo en la historia, debido 'al estrés de la película y la tensión del rodaje'. 'Pero nadie se sintió incómodo. Tal vez si acaso Carlos cuando estuvo cuatro días corriendo desnudo por el bosque, pero nunca parábamos hasta que no llegábamos a la intensidad deseada', ha bromeado.

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