La India y el resto de galeristas extranjeros, felices ante el éxito de Arco

Una de las obras expuesta en Arco, realizada en bronce y fibraglás.
Casi con sensación de incredulidad, los galeristas indios, como invitados de este año de la feria, y el resto de marchantes extranjeros presentes en Madrid están felices ante el éxito de Arco 2009, en la que incluso hoy, día de afluencia masiva 'de turistas del arte', han cerrado 'sustanciosos' tratos.
Los trece galeristas indios están situados en el Pabellón 6, el más abigarrado de los tres que ocupa este año Arco en Ifema, y el tráfico de visitantes, que desde primera hora ha sido constante y han abarrotado el interior y el exterior de los pabellones, buscando el sol, llega a ser asfixiante en los stand más pequeños.

Es el caso del que ocupa The Guild, cuya responsable, Renuka Sawhney, contempla atónita cómo la fotografía 'The last supper', una 'Santa Cena' protagonizada por mujeres con vestimenta árabe, de Vivek Vilazini, desaparece ante sus ojos tapada por quienes pugnan hacerle fotos.

'Desde el primer día hay una especie de atracción fatal por esa fotografía', explica riéndose Sawhney a Efe. Cuesta 19.000 euros y 'es muy probable que se venda mañana -revela-. Estamos felices porque le interesamos mucho a los coleccionistas'.

El primer día de feria esta galería vendió ya el tríptico que componen dos acuarelas y una especie de ventilador que tiene que custodiar ella misma con su cuerpo para salvarlo de 'pisadas despistadas' como las que el año pasado rompieron en la galería alemana Rüdiger Schotle una obra valorada en 18.000 euros.

En la galería Ske, con precios desde los 2.000 euros a los 78.000, están 'muy contentos' con el resultado y aunque saben que hoy los 'paseantes sólo vienen a hacerse fotos' también se descuelga algún coleccionista y se cierran negocios, como el que culmina en ese mismo momento con un apretón de manos.

Geetha Sakshi, de Sakshi Gallery, afirma que tenía 'mejores expectativas', aunque reconoce que el hecho de que ninguna de las pinturas que trae, todas de Riyas Komen, baje de 20.000 euros 'quizá influya'.

También suscita mucho interés la obra del indio Jitish Kallat, aunque él viene de la mano de la británica Haunch of Venisson, ya en el pabellón 8.

Kallat es el autor del camión que simula ser el esqueleto de un animal, el 'Aquasaurus 2008' o, como le decía esta mañana una visitante a su hijo, 'el coche de los Picapiedra'.

'Estamos en muy buenas negociaciones para su venta', cuenta a Efe un 'terriblemente complacido' Sam Chatterton, que no quiere aclarar si quien pagará los 280.000 euros que piden por ella es un museo o de un particular.

Chatterton tiene que pedir a un espectador que no se acerque tanto al vehículo porque ha tirado una pieza que estaba apoyada en el suelo y el 'imprudente' replica que 'lo que tienen que hacer es no dejar 'cosas' tiradas por ahí'.

En la galería de Louise Bourgeois (París, 1911), la suiza Karsten Greve, están también 'encantados', según su responsable, y exhiben con orgullo piezas de la artista como 'Inner Ear', de 760.000 euros.

También está 'muy, muy feliz' Jang-eun Lee, de la coreana Gana Art, porque dice que 'todos son muy buenas personas y no hay nada negativo' y le admira la fascinación constante del público por los pigmeos 'Son' y 'Daughter', de más de 100.000 euros.

A los españoles tampoco les va 'nada mal', según el madrileño Guillermo de Osma. 'No esperábamos que fuera a ir tan bien este Arco', dice a Efe rodeado de cuadros señalizados con el 'punto rojo' que delata que están vendidos.

De cualquier forma, concede, en este 'contexto complicado' todos los galeristas han sido 'más prudentes' y han traído, como él, obras de menor precio y que, en su caso, van desde los 1.000 euros a los 570.000 que pide por un Tapies de 1958.

Otros, como el 'satisfechísimo' Rafael Riancho, de la santanderina Siboney, se 'quejan' de que tiene su espacio lleno de personas contemplando el teatral 'Blinky, Maya y los luciérnagos', un cuadro de José Luis Serzo de 28.000 euros, y que tiene que pedir permiso para moverse.

El pintor algecireño Vargas opina que la recesión se nota 'muchísimo', que es una feria 'formato crisis', de ideas 'planas' y se guasea de la 'simpatía' que tienen este año los galeristas. 'Casi te besan en la boca', ironiza.

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