Loriga indaga en las devastaciones del amor en su nueva novela

Ray Loriga. (Foto: Carmen Rubio)
’Cualquier forma de amor, incluso la más diminuta, le recuerda dolorosamente el amor perdido’. Con estas palabras se presenta al protagonista de ‘Ya sólo hablo de amor’, la nueva novela de Ray Loriga, que se traduce en un juego literario sobre el amor que permanece cuando éste ya se ha ido.
Así lo ve el propio Ray Loriga (Madrid, 1967), quien precisa que ‘se trata del amor romántico, ése que ha movido y ha salvado el mundo, y que no tiene nada que ver con eso que se dice ahora de las relaciones personales, que es lo que se consume; el amor no es como ir a cambiar monedas al extranjero’, añade.

Y es que ‘Ya solo hablo de amor’, que estará en la calle el próximo día 8, editado por Alfaguara, es una apuesta por analizar literariamente los dolores, sensaciones y reflexiones interiores, algunas de ellas imaginarias, que produce una ruptura.

Pero el libro también es un homenaje a la literatura centroeuropea, por sus páginas pasan Robert Walser, Kafka, Cesare Pavese, o William Blake, entre otros muchos, y un elogio a la belleza, y a las mujeres. También se permite el autor alguna ‘humorada’ sobre la moda y las marcas.

Todo ello, a través del monólogo del protagonista, Sebastián, un escritor que tras su divorcio, y con dos hijas, ha quedado hundido -’no arrastrado y con cierta dignidad’, matiza Loriga-, y que pese a ello, o precisamente por ello, no quiere dejar nunca de amar.

Un monólogo que solo se rompe con la aparición, en forma de diálogo, de un joven rico, ligón y lleno de vida, que está dispuesto a quitarle a Sebastián una potencial novia, y que constituye la antítesis del sujeto de la novela.

‘Con este personaje entra un poco de aire y se rompe el monólogo un poco triste y denso’, recalca Loriga, para quien esta novela no tiene nada que ver con su vida personal, a pesar de que se da alguna que otra coincidencia: escritor, separado de la cantante Cristina Rosenvinge, con quien compartió 14 años de vida, que dieron como resultado dos hijos y mucha empatía creativa, y con alguna relación reciente que ha sido portada de revistas.

‘Digamos que del protagonista en lo dinámico no tengo nada -aclara-, pero sí en ciertas ideas del amor, de la vida y en algunos rasgos de la existencia de Sebastián’, reconoce este escritor, guionista, articulista y realizador, que desde que en 2004 publicara ‘El hombre que inventó Manhattan’ no había tocado la novela. En 2007 publicó un libro con todos sus artículos bajo el título ‘Días aún más extraños’.

Ray Loriga está de acuerdo con la frase de María Zambrano que dice que ‘El amor, igual que el conocimiento, necesita de la muerte para su cumplimiento’. ‘Reconstruimos las vasijas rotas para conocer una civilización. Cuando la teníamos no la conocíamos’, explica.

A caballo entre Nueva York y Madrid, Loriga desea ‘que gane Obama, ‘por el bien de todos’, y dice que la crisis económica, originada en las finanzas estadounidenses le preocupa. ‘Sin ser economista sí que veo que hay un desprecio por la masa del consumo (no la marxista) que es la que sujeta la actividad económica y que es la que se puede asfixiar. Y creo que la solución que han buscado no es la adecuada. El goteo desde arriba no vale, concluye’.

Al tiempo que sale a las librerías este nuevo libro, muy esperado por los ‘lorigatianos’, que son muchos, la editorial Alfaguara recupera ‘Tokyo ya no nos quiere’ y ‘Lo peor de todo’ y Punto de Lectura, en edición de bolsillo, ‘Heróes’ y ‘Caídos del cielo’.

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