Una pelota de futbolín en 'El cartero (y Pablo Neruda)' convirtieron a Maria Grazia Cucinotta en mito erótico del fin del siglo XXI, pero la actriz reconoce que es en España donde se le entiende capaz de pasar 'del amor a la acción', como demuestra en 'Transgression', thriller dirigido por Enric Alberich.
'Siempre que ruedo en España tiene que ver con algo peligroso', ha reconocido en Madrid la actriz que rodó a las órdenes de Álex de la Iglesia 'El día de la bestia' y fue chica Bond en Bilbao para el espectacular prólogo de 'El mundo nunca en suficiente' con el museo Guggenheim como telón de fondo.
En 'Transgression', coproducción entre España, Italia y Canadá que se estrena el próximo viernes y fue proyectada las semana pasada en el Festival de Sitges, Cucinotta interpreta a Elena, una mujer casada con un empresario millonario interpretado por Michael Ironside que es víctima de un atraco en su propia casa.
'Es un thriller sobre la realidad de hoy, sobre familias aparentemente felices que tienen dentro de sus casas otras vidas. Es un miedo que tenemos en nuestro interior', ha explicado la actriz.
'Queríamos traspasar la crónica de sucesos para llegar a una película de tensión psicológica con personajes con profundidad y entidad propia', ha añadido el director de la cinta.
Los atracadores de su vivienda barcelonesa de lujo son, entre otros, su compatriota Fabio Fulco -que interpreta a un delincuente de los Balcanes- y los españoles Carlos Bardem y Yon González, conocido por su papel en 'El internado' y que hace de 'el tonto de la película', según el realizador.
Sin embargo, como ha explicado Alberich, aunque la película parece seguir las pautas clásicas de su género, pronto las ambigüedades empiezan a aflorar. 'Se violentan las reglas del juego, se traspasan las fronteras. La trasgresión del título afecta mucho más que a la entrada en la casa', explica Alberich sobre la que es su segunda película tras su debut con 'Visions d'un estrany'.
Según Fabio Fulco, 'Transgression' se pregunta 'dónde está el bien y dónde está el mal' sin encontrar respuesta, pues los cuatro personajes son 'cuatro personas violentas, cada una con su motivación', ha resumido.
Cucinotta, sobre ese juego de espejos que se establece entre las víctimas y los verdugos, ha concluido diciendo que la cinta se convierte 'en un viaje dantesco, un purgatorio en el que todos intentan ir hacia atrás pero se acercan a las puertas del infierno'.
