Miguelanxo Prado afronta con razonables expectativas la difícil tarea de mantener el nivel de otros años, que "en las circunstancias actuales es ya todo un reto"
A punto de estrenar una nueva edición del festival del cómic Viñetas desde O Atlántico, Miguelanxo Prado afronta con razonables expectativas la difícil tarea de mantener el nivel de otros años, que "en las circunstancias actuales es ya todo un reto", porque la crisis sigue hoy pasando factura a la cultura.
"Y me temo que aún tardaremos en recuperar el impulso y después tendremos que recuperar el terreno perdido, que es también inmenso", confiesa en una entrevista con Efe el autor de la premiada "Ardalén" y catapultado por "Trazo de tiza", que cree que "lo que hay que arreglar es la situación del país, no la del cómic".
Casi a las puertas de Viñetas, el festival internacional del cómic que se celebra en A Coruña cada mes de agosto desde 1998, el dibujante gallego y director del certamen aspira este año a confirmar la participación de las mujeres, pues, aunque el mundo del cómic ha tenido tradicionalmente un sesgo muy masculino, en la actualidad "una mujer tiene las mismas oportunidades que un hombre".
El reconocimiento es más cuestión de tiempo, asegura, aunque casos como los de Marjane Satrapi, Bárbara Canepa o Ana Miralles cuentan en estos momentos con prestigio internacional; de hecho, la prolífica y versátil madrileña autora de "Djinn" participará en esta edición en femenino de Viñetas, desde el próximo 10 de agosto.
En la narrativa, en la música, en la plástica, en el mundo de las artes en general, la situación "es más igualitaria" pese a haber "puntos negros" en los que, tal vez por razones particulares, la presencia femenina o la valoración de su trabajo es menor.
No obstante, cree Prado que la tendencia es "imparable y que, incluso, en muchas facetas, la situación se invertirá y el peso de las mujeres será mayor que el de los hombres".
Premio Nacional del Cómic 2013, Miguelanxo Prado (A Coruña, 1956) no tiene interés en "crear escuela", en tener "discípulos", en decirle a nadie cómo tiene que hacer su trabajo, sino que quiere tener colegas que cuenten cosas diferentes a las suyas.
Poco o nada tiene que ver su obra con la de David Rubín, Emma Ríos, Kiko da Silva, Fran Bueno o Fernando Iglesias, pero el conjunto, en su propia diversidad, es incuestionable y proyecta una imagen de Galicia con "suficientes individualidades como para generar ya una imagen de colectivo".
"Creo que la gran virtud de la historieta gallega es que no hay ideario común que respetar, principios fundacionales que defender. Somos un grupo cada vez más numeroso, con intereses, estéticas, ambiciones y modos de entender y afrontar este lenguaje de lo más diverso", sostiene Prado, académico en la Real Academia Gallega de Bellas Artes.
Durante algún tiempo coqueteó con la posibilidad de impulsar un Museo Nacional de la Historieta y estuvo cerca, pero falló un intercambio de ubicación de una cesión de un edificio municipal, recuerda, y el "preción" que se pagó fue "que la ciudad perdió la posibilidad de acoger otro museo de categoría nacional".
Ahora, tener un espacio expositivo propio y permanente para desarrollar actividades culturales y didácticas en torno al cómic en A Coruña, donde se ubica la Escuela de Arte Pablo Picasso o el Instituto de Adormideras, con bachillerato artístico, es una de las posibilidades que replantea para este importante colectivo de artistas y en el que hacer talleres o exposiciones temporales.
Protagonista del cómic a nivel europeo, prepara en estos momentos un libro "en grises" de género policíaco sobre los miles de afectados por las participaciones preferentes y los desahucios, que plantea "un par de reflexiones simples en torno a la indefensión y a la inacción del Estado" por parte de "un ciudadano que ha visto muy de cerca todo este juego de trileros".
