Ramoncín, con 'nuevo primer disco', se arrepiente de su lucha en la SGAE

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Ramón J. Márquez, alias Ramoncín, ha pasado de las palabras a los hechos, de la defensa encendida de los derechos de autor en la SGAE, una etapa de la que se arrepiente por la 'ingratitud' del colectivo artístico, a publicar el decimonoveno álbum de su carrera, que él califica como su 'nuevo primer disco'.

Javier Herrero'Ojalá me hubiese pasado la vida viviendo de los derechos de autor de mis primeras canciones', dice en una entrevista con Efe este músico con 33 años de carrera, que reivindica un repertorio más allá de clásicos como 'Litros de alcohol' y que de 1978 a 1991 vivió su época más prolífica, con doce discos publicados.

'Cometí un error, porque ese ritmo era imposible de mantener y me dejó agotado', recuerda Ramoncín.

Con 'Miedo a soñar' (1998), el que hasta ahora era su último disco con canciones nuevas, llegó a sopesar dejar de grabar, inseguro del 'legado' que estaba dejando. Pero luego llegó el disco de versiones de 'The Cover Band' (2009) y se dio cuenta de que 'seguía sabiendo montar en bici'.

'Cuando el diablo canta' es el título de su nuevo álbum, el primero tras trece años de sequía de canciones originales. 'Para mí ha salido cuando tenía que salir. Seguramente si no hubiese parado, no habría salido este disco. Tengo la sensación de haber hecho un nuevo primer disco', dice de él.

Destaca que sólo se ha preocupado de hacer canciones, no de demostrar cuánto sabe, y que por eso tienen 'esa cosa fresca, rabiosa, con energía', producto de un ardua selección, ante lo que podría haber sido un triple disco.

Explica que el título no es baladí, porque 'hay un punto metafísico'. 'Creo que el bien y el mal libran una batalla y eso transcurre en el corazón del ser humano', dice.

Además, sus amigos le llaman 'diablo' y, como subraya, muchos le preguntan si ha hecho un pacto con el ídem para mantenerse joven. 'Eso también debe joder mucho a mis detractores, que esté mejor que ellos', apunta este cantante, asociado a menudo con la polémica.

Ratifica que 'más sabe el diablo por viejo que por pellejo' y considera que el haber defendido los derechos de autor y haberse erigido en altavoz de la SGAE le puso una diana encima.

'He dejado una parte de mi vida ahí y le ha costado mucho a mi imagen sin recibir nada a cambio, no digo económicamente, sino de reconocimiento moral', protesta Ramoncín, que dice haber visto cómo otros cantantes abominaban del canon digital cuando, en realidad, no dejaban de cobrarlo y en grandes cifras.

'El tiempo ha demostrado que yo de la SGAE no he vivido. Allí he hecho un trabajo, del que ahora personal y emocionalmente me arrepiento, porque creo que no ha valido la pena', confiesa el artista, que se queja de que, aunque hay compañeros que le han defendido, 'el núcleo del negocio es ingrato a más no poder'.

Aún así, afirma que 'moralmente' sí se siente satisfecho y que hizo 'lo que tenía que hacer'.

De la reforma y del nuevo proceso electoral que se abre próximamente en la SGAE, de la que sigue siendo socio, opina que surgirá una 'SGAE más abierta y más razonable', pero añade que ahora mismo no tiene 'mucho interés' en eso.

Ávido defensor del rock, defiende por último que este estilo no ha muerto, pero que con su actual configuración, 'la industria puede estar ahora en frente de Bob Dylan y no darse cuenta'.

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