ENVIADO ESPECIAL DE LA REGIÓN EN CUBA

"Buenas noches, mi gente de Cuba"

Los Rolling Stones hicieron historia con dos horas de concierto en Cuba, un territorio donde hasta hace no mucho el rock extranjero no estaba bien visto por el oficionalismo.

stones HabanaEl día amaneció nublado, y no pocos habaneros anunciaban que llovería. El cielo sin embargo, no descargó ni una gota de agua en todo el día e incluso el achicharrante sol cubano dio tregua al medio millón de personas que acudieron a esta singular cita con la historia. 

Una cita que no fue sólo con la gente rockera y stoniana de Cuba. Numerosos mexicanos, norteamericanos, canadienses, europeos y no pocos españoles formaron parte de la inmensa marea humana que abarrotó el recinto de la Ciudad Deportiva de La Habana desde primeras horas de la mañana. Colorido, buen humor, cánticos, cientos de experiencias, emociones y deseos compartidos de vivir el que en opinión de todos los cubanos, es el espectáculo más impresionante que se ha vivido en la Cuba contemporánea en lo que a música se refiere.

20,37 de la tarde. Después de haber estado toda la tarde calentando motores con videoclips de los Stones proyectados a través de las siete pantallas de video instaladas a lo largo de todo el lugar, y en medio de un estallido de júbilo ensordecedor, desde la PA una emocionada voz anuncia... ¨Ladies And Gentlemen... The Rolling Stones!¨ y un Keith Richards sonriente es el primero en aparecer en el escenario atacando el riff de ¨Jumpin´Jack Flash¨. En medio de la emoción, hay quien rompe a llorar de alegría.

Tras unos contundentes Ït´s Only Rock And Roll¨ y ¨Tumbling Dice¨, Mick Jagger, cuyo estado físico es sencillamente increíble, se dirige al público en un más que correcto castellano. Cuando saluda a ¨su gente de Cuba¨ y les espeta , entre canción y canción, ¨que público tan chevere¨ los cubanos estallan en ovaciones con la misma intensidad que cuando reconocen las primeras notas de ¨Honky Tonk Woman¨o ¨Brown Sugar¨. Lo mismo sucede cuando tras un magnífico Öut of Control¨, Jagger asegura que ¨sabemos que hace algún tiempo era difícil escuchar nuestra música aquí... pero los tiempos están cambiando y ahora aquí estamos!¨ o cuando cuenta que la noche anterior estuvieron en una recepción en la embajada británica bebiendo whisky y comiendo fish and chips pero que luego ¨nos fuimos a comer frijoles con arroz en cajita (la ¨cajita¨ es una ración de comida criolla cubana muy popular y muy consumida en la capital) y a bailar rumba cubana en la escuela de música¨.

El momento en el que el cantante presenta a la banda para dar paso al fragmento del show en el que Keith Richards toma el protagonismo es también muy especial. Keith, antes de maravillar a la audiencia con ¨You Got The Silver¨y ¨Before They Make Me Run¨ dice, claramente emocionado que es fantástico estar allí, y no como suele decir, es genial estar aquí, es genial estar en cualquier parte. No esta noche no. Sólo se puede estar en La Habana, haciendo historia y disfrutándola. Ni siquiera los problemas técnicos con la guitarra de Richards en ¨Paint It Black¨ o los fallos de sonido en ¨Miss You¨, que el público apenas percibe en tanto que esta más pendiente del bailoteo de Jagger con la corista Sasha Allen en medio de la pista, deslucen la fiesta.

Aunque los Stones en varios temas están bajando considerablemente el pie del acelerador, no será este el caso de ¨Midnight Rambler¨, con diferencia la mejor pieza de la noche. Jagger dominando la escena de manera hipnotizante, Charlie Watts empujando al grupo desde la batería como una locomotora a toda velocidad y las guitarras de Ronnie Wood y Keith Richards, eléctricas, penetrantes, demoledoras, hacen en lo musical de este tema el momento álgido del show.

Como viene siendo habitual, en el bis ¨You Can´t Always Get What You Want¨, con la participación del coro Entrevoces, y el inevitable¨Satisfaction¨, ponen el broche de oro a una noche mágica, coronada por una impresionante luna llena que ilumina el cielo nocturno habanero. Cuba, uno de los países que ha dado más música al mundo, como aseguro el propio Mick Jagger en otra en otra de las veces en que se dirigió al publico, se ha cobrado una deuda que el mundo del rock tenía con esa isla que hoy vive momentos históricos. E igualmente, los Stones, cuya historia, con toda seguridad, no termina aquí, se van de Cuba sabiendo que son también parte de esa historia.

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