Underworld: El despertar, Selene ha vuelto... y no se anda con tonterías

Foto: SONY
Selene ha vueto y sabe perfectamente a lo que viene. Llega Underworld: El despertar, cuarta entrega de la saga que, de la mano de Kate Beckinsale, recupera el músculo y ritmo perdido en la fallida precuela.

Este nuevo capítulo de la franquicia no se pierde en dimes y diretes ancestrales como aquella 'Underworld: La rebelión de los licántropos'. Esta cinta que dirigen al alimón Mans Marlind y Björn Stein -Len Wiseman, creador de la saga, a diferencia de su esposa, no se ha dignado a volver- sabe cuáles son sus fortalezas y sus debilidades. Y se ocupa y preocupa muy mucho de exhibir las primeras e intentar soslayar las segundas.

La única concesión para enriquecer la mitología de la saga la encontramos en los primeros minutos. Un certero prologo basta para poner al espectador en antecedentes: los humanos han descubierto la existencia de chupasangres y hombres lobo y lejos de plegarse ante sus predadores, han consumado una limpieza masiva. Un implacable genocidio que deja a ambas especies al borde de la extinción.

Los pocos chupasangres y hombres lobo que se han salvado de la quema malviven ocultos de para intentar escapar del insaciable afán exterminador de los humanos. En esta tesitura, criogenizada cual Walt Disney, nos encontramos de nuevo con Selene.

Pero poco tiene que ver con dibujos y princesas. En cuanto sale de su estado de hibernación inducida no tiene ni que buscar un nuevo atuendo. Le han guardado el suyo ahí al lado. Bravo. Así que vestida igual que hace cinco lustros, Selene vuelve a hacer lo que hizo entonces... matar.

ESTAS COSAS CON 3D... SABEN MEJOR

Y ahora, en sus espectaculares enfrentamientos ya sea partiéndose la cara con licántropos, con humanos o con ambos a la vez, la letal vampiro cuenta con un nuevo arma que se pone de su parte: el 3D. Una baza que eleva el divertimento en este tipo de productos que no tienen más pretensiones que obsequiar al respetable con hora y media de puro entretenimiento palomitero.

Un noble empeño, por cierto, que Underworld: El despertar consigue incluso mejor que cualquiera de las otras secuelas, colocándose al nivel de la primera entrega.

Y entre lucha y lucha... poca cosa. Escapan de un sitio, se refugian en otro y cuando les encuentran, dedicen volver al primero para liarla parda. ¡¡Ah!! Un detalle. Ahora Selene es madre. Pero no crean que eso le ha ablandado un poco su no-muerto corazoncito...

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