ANÁLISIS DE LA JORNADA

Árboles que tapan bosques

La provincia se queda en el vagón de cola del deporte de élite nacional ante la pasividad de unos pocos

En muchas ocasiones, la rivalidad, no siempre sana, se pone en manos del forofismo y termina causando estragos más allá del deporte.

En otras, la rivalidad histórica se transforma en envidia (ahí si que no hay buena) al ver como en otras ciudades el deporte crece mientras uno de los motores económicos de nuestra ciudad languidece ante la pasividad de unos pocos.

El fin de semana pasado, fueron el Breogán de Lugo y el San Sadurniño, en baloncesto y voleibol, mañana será otro.

En Ourense, un año más, 'los lunes al sol'. Pasan trenes por la estación pero siempre pensamos que están mejores por venir. Esperamos y esperamos a por la oportunidad pero ni siquiera nos atrevemos a comprar un billete.

En una ciudad con pocas alegrías en muchos aspectos y demasiadas cuentas pendientes entre unos pocos, resulta absurdo ver como los pocos lanzados a querer hacer crecer el deporte se quedan en la cuneta, abandonados a su suerte por la rotunda falta de visión global.

'Qué el árbol no te impida ver el bosque' dice el refrán. En este caso, hasta las ramas impiden ver el éxito en la casa del vecino.

Quizá algún día seamos nosotros los que generen la envidia ajena, como ya sucedió hace años. Mientras tanto, tocará esperar.

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