Será el próximo fin de semana o al siguiente, pero el Arenteiro sabe que ascenderá de categoría. El premio a un temporada impecable en planificación, trabajo semanal y rendimiento colectivo. Tenían claro lo que querían, a quienes querían para lograrlo y cómo conseguirlo. El Arenteiro será la próxima temporada la referencia indiscutible de un fútbol provincial más hundido que nunca. El único fruto en un páramo que puede ser todavía peor dentro de unas semanas.
El ascenso del Arenteiro es a la cuarta categoría nacional, es decir se queda en el mismo escalón en el que está hoy, pero evita un arrastre en cadena que dejará en la actual Preferente a los equipos ourensanos que logren mantenerse y a todos los demás a la altura de la Primera Galicia de hoy. El maleficio de haber dejado desaparecer a CD Ourense no tiene perdón.
El Arenteiro presumirá y disfrutará con el fútbol, pero en el resto de la provincia ese ascenso no tiene ni sentimiento ni relevancia. Eso sí, al menos habrá un estadio al que ir para ver fútbol decente, aunque sea sin pasión para los de fuera de O Carballiño.
Un ascenso que condena el destrozo que se ha hecho con este deporte los últimos años. O Carballiño y el Arenteiro demuestran cual es el camino a seguir y es sencillo de explicar: exactamente todo lo contrario que se ha hecho en la capital. Lástima que ya no tenga remedio.
