Oro molido para el Arnoia, oxígeno puro la victoria sobre el colista, 3-0, un gol cuando se acercaba el descanso y dos más prácticamente seguidos cuando se había entrado en el último cuarto de hora. Respiran los ourensanos, que le han cogido el pulso al hecho de jugar como locales, algo importantísimo si se pretende conquistar la permanencia. Decimocuartos aparecen en la clasificación, fuera incluso de los arrastres pero sin margen para cantar victoria, el cuarto por la cola, descenso directo, acecha solamente tres puntos por detrás. Pero esa misma distancia, una victoria, les separa del que le precede en la tabla, uno más del décimo. Queda tela que cortar, empezando por el jueves, visita al filial del Pontevedra, y siguiendo por el domingo, el Ribadumia en A Queixeira.
Mitogo abrió el camino en el minuto 37, Lucas y Kike pusieron el broche entre el 71 y el 73. Poco después se quedó con diez el Castrelos, anecdótico ya.
