Los valdeorreses cayeron por la mínima en Calabagueiros ante un Villalonga que planteó un partido muy defensivo pero que le dio buen resultado (0-1)
El Barco cayó ante el Villalonga por 0-1, y sigue sin encontrar el camino de la victoria.
Lejos, muy lejos queda ya el seis de Noviembre, que fue cuando los de Javi Rey ganaron al Bergantiños y pusieron fin a una gran racha que los llevó a las primeras posiciones de la clasificación.
Ahora, un mes más tarde, la situación no tiene nada que ver, ya que solo han sumado dos puntos de los últimos 15 disputados.
Y no es que el equipo no lo intente, pero parece como si los rivales les hubieran cogido la aguja de marear, sobre todo en Calabagueiros. Pasó con el Villalbés, se repitió la historia con el Arousa y de nuevo ayer con el Villalonga.
Un equipo, el pontevedrés, que tuvo, incluso desde antes del partido, muy claro lo que tenía que hacer sobre el verde.
El técnico visitante, Antonio Fernández apostó claramente por un 5-4-1. Dejarle el balón al Barco, montar una telaraña defensiva que arropara al meta Iván Parada y balones largos a Iker Hurtado, para que se peleara por todos como si le fuera la vida en ello. Y el planteamiento le salió perfecto.
Y es que además, el Barco no tuvo su tarde más acertada, con excesiva lentitud en la circulación del balón, más imprecisiones de las habituales y un tramo final del partido en el que las fuerzas se habían terminado. Así es difícil.
El partido comenzó con total dominio local, aunque sin crear peligro. De hecho, el primer aviso fue del visitante Hurtado que lanzó un disparo fuera.
El Barco tuvo sus mejores minutos entre el 25 y 30 de la primera parte, con dos buenas ocasiones. A la primera, un buen pase de Ivi Vales no llegó Javi Recamán en el segundo palo por milimetros. La segunda fue para David Álvarez, que se aprovechó de un error defensivo visitante, pero su lanzamiento, luego de superar al meta Iván Parada, lo devolvió el poste.
Seguramente si el equipo de Javi Rey hubiese roto el 0-0, el partido habría sido otro, pero no fue así.
Mientras el Villalonga a lo suyo, a esperar su oportunidad que llegó al poco de la reanudación. Iker Hurtado botó una falta que devolvió el larguero y Filgueira fue más rápido que la defensa y mandó el balón al fondo de la red.
Un querer y no poder
El Barco lo intentó hasta el final. Con más corazón que fuerza, que apenas le quedaban. El Villalonga, que estaba muy cómodo, pudo sentenciar, pero primero Manu y más tarde Aarón, perdonaron la sentencia definitiva, ante un Barco que no encontraba el camino.
Al final, una nueva derrota que deja los ánimos muy decaídos en la parroquia valdeorresa. Y el domingo, 12:15 horas, visita al líder Rápido de Bouzas. Eso ya será otra historia bien diferente.
