El presidente de la Asociación de Clubes de Fútbol Sala Femenino: "Somos unos rehenes"

Entre la necesidad de sentir unas garantías mínimas de seguridad y el deseo de regresar a la competición. Así se encuentran los equipos de la Primera División de fútbol sala femenino. Nadie se creía el 5 de septiembre como fecha de inicio de la liga, pero los clubes se vieron obligados a planificar en base a ella, algunos incluso abriendo la pretemporada. Agosto enfila su última semana y todavía no hay protocolo anticovid para la vuelta a la actividad. Alfonso Catalina, presidente de la Asociación Española de Clubes de Fútbol Sala Femenino (ACFSF), lamenta que las negociaciones entre federación e instituciones "sigan atascadas cuando lo que necesitamos es que esta situación se desbloquee cuanto antes". Catalina lo tiene claro, en esta película sin final "los clubes somos unos rehenes, unos espectadores en la negociación entre la Federación Española de Fútbol (RFEF) y el Consejo Superior de Deportes (CSD), que continúan buscando ese protocolo transversal que sirva a todas las federaciones para poder poner en marcha las competiciones no profesionales. Es algo que no solo nos afecta a la Primera Femenina, también a otros muchos deportistas como el fútbol femenino o la Segunda B masculina. Elaboramos un escrito que remitimos al CSD expresando la necesidad de empezar o de ver una solución, y no lo hacemos por los clubes, sino por los deportistas, porque aunque sabemos que no son categorías profesionales mucha de esta gente necesita del deporte para completar económicamente su vida". La solución que reclaman, por el momento no tiene camino conocido. Bueno, sí lo tiene, el famoso protocolo, pero el CSD también está supeditado a Sanidad y la realidad del coronavirus no ayuda lo más mínimo. Tanto es así que ya nadie esconde que octubre o noviembre no sería una mala opción para arrancar la temporada. "Llegado este momento, menos de octubre no parece posible comenzar. La idea es volver cuanto antes, claro es que con las máximas seguridades que nos puedan ofrecer, pero el problema es que no vemos avances. El día 19 hubo una reunión entre Federación y CSD, y hoy (por ayer) otra, pero no hay avances. Además, entran en escena las comunidades autónomas, porque cada una pone sus normas ya que la situación es diferente", añade Alfonso Catalina. La otra realidad En este momento manda la realidad del covid-19, pero el presidente de la ACFSF también pone sobre la mesa la otra realidad, la que el fútbol sala femenino lleva padeciendo mucho tiempo. "La federación nos ha puesto el apellido de categoría profesionalizada pero eso no quiere decir que seamos profesionales, es más, todavía queda mucho para eso. Sí, alguna jugadora de Primera cobra 1.000 euros, pero la gran mayoría cobra 100 euros o nada. Cuando el 80 por ciento de los clubes siguen viviendo del dinero público y solo el 15 por ciento de las jugadoras tienen contrato se ve lo que falta para alcanzar el profesionalismo. Se agradece que la RFEF hable de la Primera Femenina como una categoría profesionalizada, porque este puede ser el paso inicial hacia conseguirlo, pero estamos muy lejos. Incluso comparándonos con otros deportes femeninos. El basket nos lleva una ventaja enorme, años, y ahora también el fútbol femenino, pero en este último caso porque hay clubes que están amparados por el equipo masculino. Para llegar al profesionalismo hay que pasar por esto y si tu producto es la suficientemente atractivo como para generar por sí mismo tal vez...", finaliza Alfonso Catalina. Envialia y Cidade, a esperar Sea como fuere, a los conjuntos ourensanos del Ourense Envialia y el Cidade de As Burgas le toca seguir esperando. La plantilla dirigida por Morenín había planificado volver al trabajo hace quince días, mientras que la de Codeso lo iba a hacer la semana pasada. Por ahora, todo en el aire, puesto que la RFEF aseguró que la competición nunca regresaría antes de un mes después de estar preparado el protocolo. Las cosas de palacio... LNFS En la máxima categoría del fútbol sala masculino también hay incertidumbre. Desde la Asociación de Jugadores (AJFS) se sienten "utilizados" tras la reunión de la Liga Nacional de Fútbol Sala (LNFS) con los capitanes y reclaman la vuelta a las canchas, pero con seguridad, al afirmar que "queremos jugar, pero protegidos". "Hemos pulsado la opinión de los jugadores y en nombre de sus compañeros han expresado su deseo de jugar cuanto antes y con las debidas garantías sanitarias. Vamos a tener que adaptarnos y convivir con el coronavirus si queremos jugar", apunta Antonio García-Plata, presidente de la AJFS. "El objetivo es pasar un test rápido semanal. El coste calculado no supera los nueve euros semanales por jugador, que debe asumir cada club, la RFEF o la LNFS para los clubes a los que todavía representa", opina el presidente de los jugadores. La AJFS calcula que el coste anual por equipo "va de los 6.000 a los 8.000 euros", añade. Y finaliza señalando que "la reunión de la LNFS con algunos capitanes fue otra acción desesperada en por utilizar a los jugadores".