Las nuevas restricciones en Galicia motivadas por el alarmante aumento de contagios por coronavirus afectan de pleno al fútbol autonómico, que regresa a la casilla de inicio.
En los últimos días, la Federación Gallega había activado el comienzo de la Preferente Galicia para el 31 de enero y las ligas del fútbol base para el 7 de febrero, pero desde la pasada medianoche quedaron suspendidas dichas competiciones federadas de nivel autonómico, además los entrenamientos solo están permitidos con un máximo de cuatro personas.
Estas medidas no afectan a las competiciones estatales (Segunda B, Tercera, División de Honor y Liga Nacional), que continuarán disputándose como hasta ahora. Aunque en el caso de los entrenamientos, los clubes deberán adaptarse al cierre perimetral de cada localidad y al toque de queda, que por el momento es a las 22:00 horas.
La Segunda B, que no cuenta con equipos ourensanos, se encuentra inmersa en la segunda vuelta y los conjunto gallegos (Deportivo, Racing de Ferrol, Celta B, Pontevedra, Compostela y Coruxo) intenta cumplir con sus objetivos en una liga que está marcada por la igualdad.
La Tercera División, que comenzó el 18 de octubre y donde participan Arenteiro, Barco, Ourense CF y UD Ourense, se mantiene a flote aunque con varios aplazamientos por covid en ambos grupos. De los cuatro ourensanos, el único que ha se salvado de alguna suspensión es el Barco, aunque previsiblemente este domingo no podrá disputar el derbi con la UD Ourense, que sigue en cuarentena.
División de Honor
En fútbol base, las únicas competiciones que estaban y siguen activas son la División de Honor y la Liga Nacional, ambas de categoría juvenil. En División de Honor, el Pabellón tras el aplazamiento del duelo ante el Celta está pendiente de la Federación Gallega para saber si podrá jugar ante el Lugo tras detectarse un positivo en la plantilla. Mientras, en Liga Nacional, la UD Ourense y el Ourense CF también tienen encuentros pendientes por el covid.