Fútbol sala

"Crecimos paso a paso"

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photo_camera Portada de la revista "El Académico" tras el ascenso logrado a la División de Honor.
El expresidente Paco Novoa fue el principal eslabón de un proyecto con visión de futuro

El sueño de ver cumplida aquella tarde gloriosa fue un camino lento y firme que diseñó el expresidente de la Academia Postal, Francisco Nóvoa. "La idea inicial siempre ha sido desde la humildad, empezando con un equipo de alumnos de nuestro centro de estudios, para luego dar entrada a gente de la ciudad. Paso a paso fuimos ascendiendo hasta llegar a una grandiosa División de Honor".

Recuerda el expresidente académico, que antes de llegar a la elite del fútbol sala español, "le he dedicado tiempo, medios y he tenido el ojo de estar muy pendiente de los jugadores que presumían de ir por la calle y lucir una camiseta bonita o la ropa de paseo. Además, ellos mismos reconocen que las mejores cazadoras y tenis eran en aquella etapa inicial del fútbol sala".

Otra de las señas de identidad que intentaba potenciar la imagen del club fue la creación de la revista "El Académico" (foto) con la que el abonado o aficionado al fútbol sala recibía gratuitamente en cada partido que el equipo disputara como local y que aún hoy muchos de los jugadores la conservan como un auténtico tesoro".

En la actualidad, Nóvoa sigue muy de cerca la evolución de los representantes ourensanos, especialmente a los equipos femeninos del Cidade das Burgas y Ourense Envialia, aunque a su modo de ver "cometieron el error de tener dos equipos compitiendo en una misma división y fichándose jugadoras de un club a otro".

Paco Doforno

En aquella temporada 92-93 afrontaba el reto como entrenador Paco Doforno. "De aquellas había mucha influencia en el fútbol sala y el haber llegado a la máxima categoría a todos nos resultó una agradable sorpresa después de mucho trabajo de tanta gente".

Para el técnico académico esa plantilla, que finalizó las últimas 18 jornadas sin perder y ganando todos los partidos de la segunda vuelta, "tenía primero el compromiso con ellos mismos, el deseo de llegar a jugar con Interviú, El Pozo, Barça... equipos míticos que para la competición provincial era un anhelo y creo que unimos a mucha gente con el mismo objetivo, que fue lo más especial de todo".

Doforno recuerda que en aquel conjunto sin duda el más bromista era Toño Rivas, con quién vivió una anécdota bastante particular y risueña para un jugador que venía del fútbol. "En un entrenamiento teníamos la costumbre de pasar el balón para quedar mirando donde iba y no crear el espacio que era una de las pautas del fútbol sala. Era una de las correcciones que le habíamos hecho a Toño Rivas y a partir de ese día empezó diciendo 'control, toco y me voy', creando una especie de canción" (risas).

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