El Taboadela, con un presupuesto austero, logró conformar una plantilla muy unida que conquistó la Copa Diputación

Los ecos de una gran gesta

Los jugadores celebran el título de Copa. (Foto: JOSÉ PAZ)
El Taboadela acabó con los fantasmas del pasado que por dos veces lo habían dejado fuera de una final de Copa Diputación.
En ambos casos fue el Verín el que frenó a aquel equipo de la temporada 1998-99 plagado de estrellas y hace dos años se repetía la historia, pero a la tercera fue la vencida y el equipo de Rubén Domínguez que supo preservar la estructura que había dejado Julio Iglesias y con algunos refuerzos para nada 'galácticos' llegó hace unos días a O Couto con la humildad que lo caracterizó y levantó finalmente el prestigioso trofeo que suaviza la sufrida temporada de Liga donde en la última jornada pudo escapar de los arrastres y mantener la categoría.

El capitán Quique y uno de los símbolos de Taboadela reconocía que 'este título es muy importante para este pueblo que nunca lo había conseguido, ni en la época anterior donde se había invertido mucho dinero. Con ilusión y trabajo nosotros lo conseguidos'.

'Lo que habíamos planteado para afrontar esta final lo levamos a cabo y por eso todo salió bien. Esta Copa se la dedico a mis compañeros, la afición, mi familia y en particular a mi abuela que no está pasando un buen momento', agregó el medio del Taboadela.

Otra pieza clave en el flamante campeón ha sido su delantero Jorge Menor, máximo realizador de la Copa y que en la jugada que originó el transitorio empate del Barbadás B. 'Fue una pena encajar ese gol en propia puerta en los últimos minutos, luego vino mi expulsión donde el árbitro me dijo que me lavara las orejas. Esto es grandioso conseguirlo y más con el equipo de mi pueblo', indicó.

El marcador 2-1, que dio la victoria al Taboadela, es el resultado que más veces, 11, se ha dado en una final de Copa.

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