TERCERA DIVISION

El Barco insiste hasta el final

JUANITO BAZO
photo_camera El delantero del Barco Juanito Bazo celebra el gol marcado en propia meta por Iago Vázquez (JOSÉ PAZ).

El equipo valdeorres logró derrotar al Choco por 1-0 y se jugará en la última jornada en Espiñedo poder entrar en un histórica promoción a Segunda B

BARCO 1 - 0 CHOCO

 

Calabagueiros vivió este domingo una fiesta. Y eso que el Barco no depende de sí mismo para jugar la promoción. Pero, por si acaso, lo celebraron por todo lo alto. Y que le quiten lo bailado.

Ante el Choco se jugaban el seguir manteniendo el sueño de jugar una histórica promoción de ascenso a Segunda B. Todos lo sabían, afición y equipo. Por eso el campo presentó la mejor entrada de la temporada con la grada llena y 1500 aficionados que empujaron también lo suyo. Y el equipo lo entendió y lo agradeció.

Sabedores de que no podían fallar salieron muy enchufados desde el primer minuto y buscando un gol que les diera tranquilidad. David Álvarez, quién si no, tomó el mando de las operaciones y Rubén García puso al servicio de sus compañeros las miles de horas de vuelo que tiene en los campos de fútbol. 

Y eso que el calor apretaba de lo lindo. Tanto que en el minuto 26 el colegiado mandó parar para que ambos se refrescaran. Pero antes ya los de Manolo Pérez habían dejado claras sus intenciones con dos remates del berciano Álvarez y una media vuelta de Iker Revuelta que se marchó por encima del larguero.

A la vuelta del refrigerio, Ivi Vales, también muy activo este domingo, se fue por su banda, desbordó a su par y sacó un envenenado centro que Iago en su intento de despejar, lo que hizo fue introducirlo en su portería ante el asombro del meta visitante Cortegoso.

El partido estaba encarrilado y tenía buena pinta. Máxime viendo lo que ofrecía el Choco, que en nada se parecía a los que quince días antes le vieron en O Couto. Baste decir que el meta barquense Kiko era un mero espectador y solo vio como un remate del delantero visitante Palmas, con rosca, se marchó fuera antes del descanso. 

La segunda parte llevaba el mismo tono. Comenzó con un remate de cabeza de Juanito Bazo, tras un saque de esquina que enfilaba la red, pero apareció Cortegoso y evitó el 2-0. Y de nuevo David Álvarez, que probó fortuna desde 30 metros y se le fue rozando el poste.

El partido entró en la última media hora con los dos equipos muy cansados. La altura de la temporada y el mucho calor pasaban factura y el ritmo decayó. Y también comenzaron los nervios ya que ambos equipos se quedaron con diez. Primero fue el Barco, por una muy rigurosa segunda amarilla a Omar Navarro, tras una dudosa falta al borde del área. Pero solo tres minutos más tarde, también el Choco se quedó con diez al ver Aitor la segunda amarilla. 

El Choco se fue arriba con todo y el Barco buscaba sentenciar en una contra. Pudieron ocurrir las dos cosas ya que con el 1-0, nadie estaba tranquilo en sus asientos.

La más clara para los locales la tuvo Tabala. Encaró solo al meta Cortegoso pero evitó el gol y mandó a saque de esquina. Mientras, en el área rojilla, entre Kiko y sus compañeros se afanaban en intentar abortar los ataques visitantes, que aunque no eran excesivamente claros, llevaban el miedo a todo el campo.

Cuando el colegiado señaló el final del partido se desató la euforia sobre el césped. Fiesta por todo lo alto. El equipo tuvo que volver a salir del vestuario a saludar a la parroquia y todos se abrazaban y celebraban la victoria. Tanto que aparecieron las lagrimas. Desde el presidentes Nilo Ramos, muchos de sus directivos y también jugadores y aficionados. Pero aún le queda una bala. Será en Espiñedo la próxima semana ante el Arenteiro. Ya preparan el desembarco hacia Carballiño para lograr que el sueño se pueda cumplir.

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