El conjunto universitario se dio un festín como local ante un débil y desorganizado Durango
El Campus Ourense volvió a la competición este fin de semana con una abultada y contundente victoria sobre el colista de la competición, un Durango que apenas se mostró competitivo.
El rodillo en el que se está convirtiendo el equipo ourensano (especialmente en casa) salió a relucir tras la patada inicial. A los 20 minutos los universitarios ya dominaban por 12-0, gracias a sendos ensayos de Shearer y Spicer.
Sin reacción, con una línea defensiva desorganizada y visiblemente lentos en ataque, los vascos apenas podían contener el avance de los locales, que antes del descanso y tras un largo parón por la lesión de Marín, vieron como encajaban dos ensayos más (Stratton y Yaguito).
Al filo del descanso, en la que fue quizá su única jugada de peligro, el Durango ensayó bajo (o contra, por el golpe sufrido) palos (22-7).
La segunda mitad terminó a los cinco minutos, justo en instante el que el Campus rompió el amago de reacción visitante con un ensayo de Blanco tras un robo.
A partir de ahí, desconcertados y sin pegada, los visitantes se convirtieron en presa fácil de un Campus que va a más. Aprovechando la debilidad del flanco derecho de Durango, el conjunto ourensano cruzó la línea de ensayo siete veces más para terminar con el incontestable 74-7 (Shearer en dos ocasiones, Clarke, Stratton, Presas, Guille y Rucho).
Tras esta victoria, el Campus se asienta en el tercer lugar de la tabla.