La semanas previas al inicio de la pretemporada (los jugadores nacionales saltarán al campo el 8 de agosto) discurren tranquilas en el Campus Ourense. La sobresaliente temporada pasada, que tuvo como premio final la disputa de la fase de ascenso a División de Honor por primera vez en la historia del club, han dado confianza a un club que sigue con la misma filosofía.
Y es que después del cambio de presidente y directiva, el trabajo apenas se ha visto alterado con respecto a pasados cursos. La continuidad en la idea de club es la misma y en eso trabaja el entrenador del equipo, David Monreal, desde hace varios meses.
La buena sintonía con el equipo directivo y la confianza en el trabajo del ex internacional español han hecho que a falta de apenas una semana para echar a andar el cuarto proyecto ourensano en la categoría de plata del rugby nacional la plantilla esté practicamente cerrada.
Joe Walding Karaitiana, Logan Ede, Kauri Cudd y el fichaje estrella de la temporada, Antonio Mikaele-Tuu, hermano del jugador de los Highlanders, Marino, son las incorporaciones de un equipo que recupera esta temporada a un ya casi ourensano, el también neozelandés (internacional con España 7's), Jason Harvey.
Estas incorporaciones vienen a suplir las bajas de Joe Marston, que tomó rumbo a Jaén, la retirada de Abraham y las ausencias esperadas de los jugadores foráneos del pasado curso.
Tres chicos de la base, al primer equipo
Además de los fichajes y la continuidad del bloque nacional de la pasada temporada, Monreal contará con tres jugadores que proceden del júnior. Jonathan, Pablo y Rivera se sumarán al primer equipo desde la base del club, en un año de debut que será de adaptación a una categoría bien distinta a la competición autonómica y que les obligará a trabajar especialmente en el apartado físico.
Con estos tres jóvenes se confirma el crecimiento del equipo universitario en la formación de jugadores y la apuesta por tener una plantilla cada vez más local.
En ese sentido, el entrenador del equipo ourensano, David Monreal, confiesa que "nuestra idea es seguir creciendo como estructura. Queremos tener plantillas completas en cada categoría de base y a partir de ahí crecer. El trabajo con la cantera está funcionando y tenemos muchas esperanzas puestas en estos tres jugadores. No vamos a presionarlos, pero queremos que vayan habituándose a la dinámica de División de Honor B para poder tener minutos de calidad en un par de campañas".
En la liga, un pasito más
Con la plantilla confeccionada a la espera de que pueda llegar algún jugador nacional de calidad, los ourensanos trabajan ya en el calendario de amistosos. Está confirmado un doble enfrentamiento en A Coruña y Ourense ante el CRAT y en negociaciones está otro frente al Burgos de División de Honor, antes de iniciar la competición como locales ante el Uribealdea de Mungia el 15 de septiembre en Ourense.
Una División de Honor B que a priori ha dado otro pequeño paso en cuanto a nivel de jugadores en los equipos rivales, a pesar de la disminución de jugadores extranjeros que ha estipulado la Federación Española a última hora. "Va a ser una competición más dura. Todos los equipos se están reforzando bien y el descenso del Gernika le ha dado un plus. Este año va a ser el momento de ver si lo que hicimos fue un casualidad y producto de la suerte o realmente ya estamos preparados para pelear por cosas importantes. No estamos capacitados para ascender, pero sí queremos volver a luchar por los puestos altos de la tabla", afirma el entrenador del equipo universitario.
