El Estreliña Verín y el Carballiño FS son claros ejemplos de la decadencia que el fútbol sala masculino sufre en la provincia
El deporte ourensano no está y en muchos de los casos ni se le espera. Da igual la muestra que se escoja para analizarlo: por modalidad deportiva, por club, o por población y/o comarca. Por desgracia, aquí sí se puede apelar al dicho de que cualquier tiempo pasado fue mejor.
Que se lo digan a Verín. Es el caso más sangrante después del vivido en la ciudad de Ourense. Aquel Viña Costeira de Sony Vázquez, Iker Urreizti o Keith Vassell disfrutó a mediados de los 90 de la Liga EBA de baloncesto de entonces, la LEB Oro de ahora. Sí, la categoría del COB. Hoy en día no hay equipo sénior de basket en Verín. El Xuventude solo tiene base. En fútbol sala, y poco tiempo después, el Estreliña disfrutó de la División de Plata. El fútbol también vivió épocas mucho mejores en el Val de Monterrei. Aquella fase de ascenso a Segunda B que el Verín CF de Pepe Vilachá disputó en 2004 ante el Móstoles ya es solo un recuerdo. En poco tiempo el sueño se convirtió en historia y en la actualidad el equipo milita en las ligas provinciales.
¿Y si se elige un deporte? El fútbol sala masculino, por ejemplo. Qué decir del fútbol sala. Ya han sido nombrados los desaparecidos Ourense FS y Estreliña Verín. En O Carballiño también miran con nostalgia a la época en la que su equipo sénior se ganaba deportivamente plaza en Plata. En ese momento la falta de dinero privó a los carballiñeses de acceder a la antesala de la élite nacional, y cuando las arcas del equipo del Paco Chao estuvieron más llenas el proyecto deportivo no acompañó. Ahora, el equipo marcha colista en la Tercera División, y si no lo remedia una vez más la recomposición de las categorías el equipo está abocado a la competición autonómica más básica, la Preferente.
En A Limia, en lo que a deportes de equipo se refiere, siguen aspirando a ser algún día protagonistas, aunque les cuesta. En fútbol, su equipo referencia, el Antela, lucha por regresar a las categorías autonómicas, y en las demás modalidades sueñan con pasar de tener una participación testimonial.
En O Ribeiro tampoco pueden airear excesivos éxitos. En fin, como si de un espejo se tratara, la provincia, lamentablemente, sigue el ejemplo de la ciudad.
En hockey, en atletismo, en tenis de mesa... Da igual el deporte, todo esto es un peregrinar por el desierto más árido. ¿Bobsleigh? Nunca hubo tradición pero de haber sido referencia algún día algo habría sucedido en Ourense para que el proyecto se fuese al garete. ¡Ésto es un sinvivir!
