Las colegialas salvaron en la prórroga un partido muy extraño contra el Marín
El primer partido de la temporada para el Carmelitas en la Primera Nacional tuvo absolutamente de todo.
A una primera mitad en la que las ourensanas fueron muy superiores al Marín (32-16) le siguió un apagón en la segunda, un susto por la lesión de Lucía Méndez en el tercer cuarto, el miedo de un último cuarto en el que las visitantes acariciaron la victoria, la euforia de un triple sobre la bocina de Kolyandrova que llevó el partido a la prórroga (60-60) y la alegría del triunfo final.
Si la temporada va a ser así habrá que añadir a las mascarillas un desfibrilador. La próxima jornada toca devolver la visita a Marín.