El valenciano es un clásico del baloncesto nacional y busca regresar a sus cotas más altas después de haber caído a la Liga EBA por problemas económicos

El Gandía intenta reconstruirse

El ala-pívot del Gandía Anthony   Oha pasa el balón a un compañero en el partido de A Coruña. (Foto: EL IDEAL  GALLEGO)
En el verano del año 2009 se cruzaron los camino del Gandía y el Ourense. Los problemas económicos condenaron a la Liga EBA a los valencianos pese a haber conseguido la permanencia en la LEB Oro.
Aquella temporada, Gandía, una ciudad con enorme tradición de baloncesto, disfrutó con jugadores de primer nivel como Víctor Luengo, Zach Morley, Jason Robinson, Mike Higgings, Jorge Jiménez o Sasha Zagorac. Fue el canto del cisne de un club en constante crecimiento la década anterior.

El COB aprovechó las vacantes dejadas por los bolsillos rotos de clubes como el Gandía para entrar en la LEB Oro después de acariciar la desaparición unos meses antes por problemas similares.

Ahora, seis temporadas después de su última visita al Pazo, Gandía y Ourense vuelven a coincidir. Los ourensanos llegan desde la LEB Oro, después de un descenso traumático en lo deportivo pero casi inapreciable en la parcela social.El Gandía llega al mismo punto por el camino opuesto, desde la Liga EBA. Después firmar una gran temporada en una categoría que obliga a una constancia complicada de mantener para clubes con tanto pasado. Lo hicieron y llegaron a la meta como más gusta, en la cancha.


PLANTILLA EQUILIBRADA

Para el regreso al baloncesto profesional, el Gandía ha apostado por la solvencia sin imponentes fuegos artificiales.

Regresa Javi Alvarado, que ya había rendido a buen nivel en el club después de haber sufrido en una temporada complicada en Ourense.

Llega un pívot diesel como el brasileño Gitterer, que no suele reclamar protagonismo en las portadas pero que tampoco se esconde en los partidos importantes. Los refuerzo foráneos aportarán puntos y equilibrio y Miller mantiene el físico y las ganas para competir en la zona con pares más jóvenes.

El bloque de nacional de la Liga EBA tampoco debería tener problemas para competir en una categoría en la que algunos ya tuvieron protagonismo.

Un equipo equilibrado y sin jugadores que obliguen a redoblar esfuerzos defensivos en los rivales pero también sin fisuras en ningún puesto y sin dependencia alguna de ningún jugador.

El COB tiene más fondo de armario y llega en mejor momento pero el Gandía tiene argumentos para despertar en cualquier cancha y el Pazo es una de las más apetecibles. En una Liga tan pareja, un equipo como el Gandía no es presa fácil para nadie, tampoco para el Aguas de Sousas.

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