FÚTBOL OURENSANO

Goles y emoción hasta el final en la Primera Galicia

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photo_camera Bruno del Arnoia disputa un balón ante Gabi de Cortegada.

El campeón Arnoia cumplió con los pronósticos en una temporada marcada por la efectividad de los equipos

La liga recién concluida no ha sido una más. Fue una de las más competidas de los últimos años, donde las palpitaciones fueron en aumento hasta su epílogo.

El paso firme del campeón entró dentro de los cálculos previos, pero por detrás varios equipos como Allariz, Polígono, Melias, Celanova metieron presión. El Nogueira flaqueó en un momento clave que lo tuvo siete jornadas sin ganar, que lo maquilló ganando en las últimas cuatro citas de la liga 18-19.
Mirando hacia la zona más caliente, el colchón de puntos cosechado en la primera vuelta le permitió al Monterrei consevar la categoría por los pelos. En la segunda parte de la liga sólo obtuvo tres victorias y encajó una abultada derrota (5-0) en la última jornada en el Cardenal Quiroga, donde nunca pudo ganar.

La actuación del Francelos, bajo la conducción de José Alberte, tuvo sus altos y bajos. Finalmente, logró el objetivo de la permanencia a falta de dos partidos.

El Loñoá respiró más tranquilo tras esquivar los arrastres una jornada antes de acabar la competición. Además, le amargó el ascenso a sus vecinos del Melias.

La gran remontada de la segunda vuelta no fue suficiente para un Maceda que fue v´citima de los arrrastres, al igual que un Cortegada. El equipo de Ismael Fernández, que estrenó su nuevo campo de A Lomba-Sumi Cortés, regresa a la categoría de plata después de cinco años esquivando la guadaña del descenso.

La apuesta arriesgada del Valenzá con gente joven dio sus frutos y supo reaccionar a tiempo para mantener la categoría,

El paso del Seixalbo fue efímero, en una Primera donde alcanzó su partido 200. Ha sido el equipo que más derrotas, 12, jugando como local y esperó 13 jornadas para lograr su primera victoria.

El Vilariño añoró y mucho jugar en O Medo, pero eso no es excusa suficiente para acabar último.

El Covadonga encontró las herramientas para terminar ofreciendo una buena imagen, que contrasta con el anárquico Maside.

Fue la séptima competición que traspasó la barrera de los 1.000 goles y la tercera con mayor numero de tantos, 1.045, desde 1981.

La jornada con más goles, 44, fue la 29 y la más floja fue la 22, con 21 tantos. Hubo 130 triunfos locales, 103 visitantes y 73 empates.

Fueron expulsados 124 jugadores, 67 locales y 57 de los visitantes.

Se anotaron 85 de los 113 penaltis sancionados, donde el más favorecido fue el Melias, con 12, por sólo uno al Vilariño.
Hubo 12 trigoledores y nueve técnicos no acabaron su mandato.


Los detalles


El mejor: sus 78 puntos al final de una liga  lo colocan como el quinto campeón de la historia en materia de puntos. Ha permanecido 15 jornadas sin caer en la segunda vuelta, donde sólo perdió un partido y ha sido el que más triunfos cosechó, 24, en esta campaña, con 12 en A Queixeira y otros 12 a domicilio. 

El muro: fue el equipo más regular del último mes, donde alcanzó gracias al pinchazo del Melias, volver dos años más tarde a la Preferente. Domina el historial en casa ante el Allariz, con 12 triunfos y seis empates en 25 enfrentamientos. Fue con 10 goles, el que menos encajó jugando como visitante.

Mejor visitante: el cuadro de Germán Reza acabó en un digno sexto puesto, aunque sumó dos puntos menos que en la primera vuelta. Empató en el José Arjiz, donde no gana desde la liga 1995-96. Fue junto al líder y el Polígono el que menos derrotas, dos, tuvo fuera y la delantera que más tantos anotó, 42 en 17 salidas.

El ataque: había despertado expectativas, pero acabó la liga un tanto irregular, a pesar de sumar los mismos 25 puntos en la primera y segunda vuelta. El Peroxa perdió gas en el tramo final y cortó en la última jornada una racha de seis partidos sin ganar. Con 55 tantos, fue la delantera más productiva como local.

La racha: a pesar de llegar a estar nueve jornadas sin lograr una victoria, el equipo de Pablo Campelo dio un giro de timón que lo llevó a ser el quinto mejor clasificado de la segunda vuelta. En esa etapa fructífera consiguió su mejor serie en la categoría, con 11 jornadas seguidas sin conocer la derrota.

La fragilidad: en su regreso a la Primera Galicia cumplió con el objetivo de la permanencia. Diego Suances abandonó el proyecto en la jornada 10 y lo acabó David Valderas con una buena segunda vuelta. El lunar ha sido el aspecto defensivo, siendo la zaga más frágil de la liga como local, donde recibió 39 goles.

El rey del empate: una vez más, el equipo de Miguel Sotelo se convirtió en el rey del empate (seis en casa y otros tantos fuera). En la segunda vuelta dejó escapar varios puntos y aún así pudo luchar por el ascenso. Sin embargo, los alaricanos perdieron tres de los últimos cuatro partidos y acabaron en cuarta posición.

Baile de técnicos: la continuidad del conjunto masidao depende exclusivamente de lo que hagan Velle y Bande para no ser la quinta víctima por los arrastres. Por su banquillo pasaron tres entrenadores. Néstor García, cesado en la jornada 22, Tomás Gamallo que abandonó en la 28, y Fernando Pérez, que acabó la liga.

La peor racha: el equipo de Anxo Valcárcel fue colista en 22 de las 34 jornadas y siendo el "farolillo rojo" vuelve por tercera vez a Segunda luego de seis temporadas. Registró su peor racha de 18 partidos sin ganar, siendo con 29 goles la delantera menos ofensiva de la Primera y la defensa que más encajó a domicilio, con 61.

La revelación: a pesar de quedarse con la miel en los labios en la última jornada por ese penalti fallado que le negó el ascenso, este hecho no empaña en absoluto la gran temporada del Melias en su vuelta a Primera. De todas maneras, cerró la temporada sin sufrir una derrota en las últimas nueve encuentros de liga. La defensa del equipo de Adrián Varela fue la que menos goles, 16, encajó jugando como local.

El fracaso: la campaña del Verín fue el gran fiasco de la liga, cuando su reto era el ascenso. Si bien peleó por ello hasta la jornada 25, a partir de entonces comenzó a protagonizar su peor registro en la Primera, con seis derrotas seguidas y sumando apenas tres empates en las últimas 10 jornadas. Sin duda, el papelón más grande fue presentarse a jugar ante el Valenzá con ocho jugadores y no acabar el partido.

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