El exjugador del Real Madrid Fernando Hierro, que no pudo estar el sábado en la gala del premio Ourensanía, define a Miguel Ángel como "un muy buen amigo"
Fernando Hierro llegó al Real Madrid en el verano de 1989. Allí conoció Miguel Ángel González y 28 años después mantienen una amistad innegociable. El sábado Hierro no pudo estar en Ourense en la gala en la que se homenajeaba al ex portero del Real Madrid: "Tenía un compromiso personal y laboral que me lo impidió porque si no habría estado ahí seguro, al lado de Miguel y de su familia". Por que Fernando Hierro cuando define a Miguel Ángel no medita: "Es un muy buen amigo".
¿Cómo lo conoció?
Él estaba de responsable de la ciudad deportiva del Real Madrid y estaba allí para mostrarnos cómo funcionaba el club y para ayudarnos en todo lo que necesitábamos.
¿Y le ayudó?
Mucho. Me ayudó a entender lo que era el Real Madrid y cuál era la forma de comportarse, porque eso era algo que venía pasando de generación en generación y era una forma de ser. Además, todos los que llegábamos al Real Madrid y lo veíamos, lógicamente, ya sabíamos quién era Miguel Ángel.
¿Esa "forma de ser" no pasa de moda, sigue vigente?
El club no solo te forma como jugador, te forma como persona. Yo llegué con 21 años y el club me marca unos valores. La forma de representar a esa camiseta cuando estás también en la calle. Los que tuvimos la suerte de estar muchos años en el Real Madrid nos quedamos marcados para siempre por esa forma de ser.
Al Real Madrid, usted no sé si se acordará de aquello, pero llegó en Ourense.
Pues es verdad. Se hizo la presentación en la ciudad deportiva y el primer viaje que hice fue a Cabeza de Manzaneda para la concentración de pretemporada.
¿Y qué recuerda de Manzaneda?
Ahí ya te das cuenta de la grandeza del club porque llegamos a las cuatro o cinco de la madrugada y había unas 5.000 personas esperando. Entiendes que eso es otro nivel y la exigencia que vas a tener.
Ahí todavía no estaba Miguel Ángel como delegado de equipo.
No y cuando lo hizo ya pasó a ser un miembro más del equipo. Estábamos juntos en los viajes, en las comidas, en las cenas... Ahí es donde realmente empecé a tener contacto con Miguel Ángel.
¿Y cómo es Miguel Ángel?
Es una persona muy honesta, muy seria, muy franca y muy sincera. Así es como es él. Sobre todo es una persona muy íntegra.
¿Algún tirón de orejas?
Sí, no uno si no muchos (se ríe). El conocimiento que tenía él del club era enorme y en cuanto creía que te desviabas un poco ahí estaba él. Pero no solo era cuando podías haber hecho algo mal si no también para decirte lo que habías hecho bien.
¿Algún consejo?
El mejor consejo que me pudo dar fue su comportamiento personal y cómo era él. Eso lo primero. Cómo representaba él al club y cómo quería al Real Madrid. Segundo, que tuviese la tranquilidad necesaria para afrontar la exigencia del Real Madrid, porque es un club ganador.
Con los porteros tenía algún acercamiento especial.
Lógico. Él cuando estaba de delegado de equipo siempre les echaba un ojo y les ayudaba en todo lo que podía.
Cuando fue entrenador de porteros también coincidieron.
Eso fue con Fabio Capello (1986). Algún día se ponía él debajo de la portería y decías: ¡Madre mía, con la edad que tiene y cómo para este tío! Alguna vez hacía sus pinitos con nosotros.
Pues tenía ya 49 años.
Por eso te digo. Te las veías y te las deseabas para meterle un gol. Tenía una agilidad impresionante. Además, ¡fíjate para nosotros lo que era! Le estábamos tirando a Miguel Ángel y todos recordábamos por ejemplo la parada que había hecho en el Mundial de Argentina (España contra Austria). ¡Qué parada! Uno cuando ve esa parada entiende perfectamente porqué le llaman 'El Gato'.
Va a cumplir 70 años y sigue en forma.
Impresionante. Lo ves y siempre inmaculado. Parece que el tiempo no pasa por él.
¿Habla mucho de Ourense?
De Ourense y de Galicia. Siempre presume de dónde es. Desborda el orgullo que tiene de sus orígenes. Es un embajador extraordinario de su tierra. Siempre la vajilla de su tierra, el licor de su tierra, su comida... Lo transmitía siempre. Es imposible tener una conversación larga con él y que no te saque a Ourense. Es un hombre muy orgulloso de su infancia.
Presume de ourensanía.
Me alegró enormemente del premio que le han dado. Miguel Ángel se lo merece porque transmite el orgullo y el sentimiento por su tierra extraordinariamente bien a todo el mundo. Puedo dar fe de ello y de que ha sido siempre así.
¿Ha hablado con él después de la gala?
Sí, claro. Además he buscado y he podido ver su discurso. Lo tenía muy preparado. Personalmente creo que ha sido un premio que le ha llenado de satisfacción. Todo lo que él ha demostrado como embajador de Ourense es una forma de verlo recompensado y me alegro muchísimo por él, por Pilar y por su hijo.
¿Y aquí, ha estado con él?
Varias veces. Hemos pasado calor, lluvia... de todo. Él siempre se preocupa por mí, por si me va a preocupar que la gente me reconozca y siempre le digo lo mismo, que a mí me gusta ir con él a los sitios que frecuenta. Me gusta salir y pasear con él. Me gusta que me cuente sus recuerdos en cada sitio y hablar con sus amistades. Me gusta ver su Ourense.
