Entrenador del Ponte Ourense F.S.F.

Isidro Grela Mosquera: ‘El fútbol sala masculino y el femenino se diferencian sólo en el aspecto físico’

Todo un ejemplo de precocidad en un banquillo. Con 20 años comenzó a entrenar en las categorías base, a los 27 ya dirigía al Troula Fútbol Sala en categoría nacional, y recién cumplidos los 30 llegó al Ourense Fútbol Sala de la mano de Nito Pereira para ser su segundo, cuando de aquellas el club ‘leonciño’ militaba en División de Plata y sus miras estaban puestas en regresar a la mejor Liga del mundo.
Después de dos campañas ayudando a Pereira, en 2007 cumplió uno de sus grandes sueños, dirigir un equipo como primer técnico en una categoría de elite, pero fue destituido finalizada la primera vuelta de una temporada en la que el Ourense F.S. terminó descendiendo: ‘Desgraciadamente fue un año en el que hubo muchos cambios en la plantilla, había un equipo muy diferente al que la anterior campaña había disputado la fase de ascenso. A pesar de que las cosas no salieron bien no me arrepiento, en líneas generales fue una buena experiencia porque no muchos técnicos, y menos de mi edad, tienen la oportunidad de entrenar un equipo en Plata’, reconoce Isidro Grela, quien en la actualidad afronta un nuevo reto al tomar las riendas de un equipo femenino, y en la División de honor, el Ponte Ourense: ‘Estaba en la ciudad y tenía de nuevo el gusanillo de entrenar. Surgió la posibilidad del Ponte y la verdad es que no me lo pensé mucho’.

A pesar de que su trabajo en los banquillos comenzó en su tierra natal con el Troula Fútbol Sala, puede decirse que Isidro Grela se ha forjado como técnico de primer nivel en tierras ourensanas. En esta nueva experiencia con el Ponte Ourense F.S.F. se encarga de dirigir al primer equipo de la entidad, y además desarrolla la preparación física, no en vano su primera experiencia con el fútbol sala senior lejos de las pistas como jugador fue como preparador físico.

¿Su vida siempre ha estado ligada al fútbol sala, o también a otros deportes?

La verdad es que soy un loco por el fútbol sala pero siempre había practicado simultáneamente fútbol y fútbol sala. Empecé en fútbol en el Sporting Cambre, estuve en las categorías base y un par de años en las categorías regionales, pero el sala me gustaba mucho más. Con el Troula jugué en Autonómica y al ascender a Primera Nacional B empecé como preparador físico y técnico.

Allí, además de con ex compañeros, se encontró entrenando a gente mayor que usted. ¿Cómo lo llevó?

No es una tarea sencilla, no sólo por tener que trabajar con gente de más edad que tú, sino porque los inicios siempre son difíciles, pero son cosas con las que hay que contar. Siempre trato de sacar lo positivo, y ahí también lo conseguí.

Y ahora en el fútbol sala femenino. ¿Es muy diferente a lo que conocía o esperaba?

La mayor diferencia está en el nivel físico, donde el ritmo de juego es más alto, y en el organizativo, pues la Plata masculina era una categoría prácticamente profesional y esta no. A nivel técnico y táctico no existe tanta diferencia.

¿Qué objetivos se marca?

El equipo cuenta con una base muy buena pero la plantilla es muy corta por lo que hemos tenido que completar el grupo con jugadoras de Autonómica y esta gente necesita ganar confianza para rendir a un buen nivel en una categoría tan exigente como la División de honor. El objetivo es ser capaces de confeccionar un nuevo grupo que sea capaz de competir con cualquier rival.

¿Tiene el fútbol sala femenino el mismo apoyo que el masculino?

Es muy difícil montar la infraestructura necesaria. En lo masculino veo que en Galicia, en términos generales, se trabaja bien, pero en el femenino siempre hay muchas más dificultades para salir. En la categoría femenina saltas de Autonómica a División de honor en dos años, y eso porque la pasada temporada nació Plata, y así es difícil.

¿Dónde se ve en el futuro en esto del fútbol sala?

La gente del fútbol sala somos un poco locos. Yo dejé un trabajo en A Coruña para venir a entrenar a Ourense, pero la verdad es que si estoy metido en esto es porque me gusta, y mucho. No sé por dónde pasará mi futuro pero sea cuál sea no me gustaría desvincularme de entrenar en este deporte, y si puede ser en la elite, mejor, pero la verdad es que viendo las penurias que algunos compañeros pasan para cobrar... De momento pienso en el presente y en hacer una buena temporada con el Ponte.


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