PRIMERA GALICIA

Una liga con el gol como protagonista

Pontedeva 22/4/18
Fútbol en Pontedeva
Pontedeva - Velle ,ascenso del Velle CF

Fotos Martiño Pinal
photo_camera El Velle, festejando en el campo del Atlético Pontedeva su vuelta a la Preferente Galicia.

Por segundo año consecutivo la Primera Galicia superó la barrera de los 1.000 tantos anotados en competición

La segunda liga más goleadora de la historia, con 1.047 tantos (602 anotados por los locales y 445  de los foráneos) dejó muy claro la seriedad y la regularidad demostrada por Velle y Antela que a la postre se quedaron con las dos plazas de ascenso a la Preferente Galicia.

El equipo de David Rivo conservó la base del año anterior y se reforzó convenientemente. Era la liga de Gabri, máximo artillero de la competición hasta que una lesión lo mantuvo lejos de los campos toda la segunda vuelta. Aún así y sufriendo más adelante la pérdida de Sergi, el Velle cogió el liderato en la séptima jornada y no lo soltó hasta el final de la liga, coronándose así campeón por primera vez en la máxima categoría del fútbol provincial. En su feudo, el Velle logró la mayor cantidad de victorias, con 14, y el mayor número de goles, 54, que lo convirtieron en el más realizador de la liga con 91 tantos.

El Antela, con un trabajo armónico estuvo casi siempre en la cresta de la ola, hasta que plasmó en el último partido un ascenso que ni entraba en los cálculos de los propios limianos. Fue el que más victorias sumó a domicilio, con 12, y tuvo la delantera más goleadora como visitante con 39 tantos.

El Polígono fue de menos a más, llegando a enlazar 11 victorias consecutivas como local, pero flaqueó en el momento clave de la temporada y no sumó ni una victoria en las últimas cuatro jornadas.

La armonía que había creado Germán Reza en el Celanova lo llevó a ilusionarse, pero no por ello fue digno su quinto puesto.

El Arnoia apostaba fuerte y aún así la campaña de Monchín Salgado hizo posible que el club sumara 57 puntos,su récord en la categoría.

El Allariz, aún centrado en la Copa, volvió a demostrar una vez más su irregularidad, al punto de cerrar la liga sumando dos puntos de los últimos 12 en juego.

La marcha del Maside fue de altos y bajos, aunque con un final sin sobresaltos, al igual que el Monterrei, al que sólo le pitaron un penalti en contra. 

Del Peroxa se esperaba mucho más, pero el equipo de Miguel Carballo tuvo un año discreto.

El Francelos supo responder en los momentos críticos y dar la sorpresa en otros venciendo al Antela, Polígono o empatando en el José Arjiz ante el Verín.

Una vez más el Vilariño pasó penurias con un pobre bagaje a domicilio, salvándose a una jornada de la conclusión. Lo propio vivió el Valenzá, donde se produjo el primer cambio de entrenador, pero logró la permanencia ante un Cortegada al que los arrastres, al igual que el Rante, devoraron.

Mejor racha: el Velle, tras caer en el partido inaugural ante el Maside, se mantuvo durante 20 jornadas consecutivas sin perder, consiguiendo además su mejor registro en el Monte da Aira con 15 encuentros seguidos sin derrotas, de los cuales los últimos diez fueron como equipo local.

Descenso: la segunda temporada consecutiva del equipo de Josiño García fue muy frágil, especialmente a nivel ofensivo con apenas 27 goles convertidos. Como local sólo cosechó dos victorias (Peroxa y Rante) y ha sido el que menos tantos, 17, marcó en As Carrelas y el que más encajó en su feudo, con 50. 

Trigoleadores: de los 15 'hat trik' que se produjeron en la competición, 12 fueron anotados por distintos jugadores. Sin embargo el 'pichichi' Cristian Dacosta, del Verín, se lleva la palma al conseguir los tres restantes, dos de ellos seguidos ante Viana y Atlético Arnoia y el restante en a última jornada frente al Loñoá.

Expulsiones: en la segunda vuelta se incrementó notablemente el número de jugadores expulsados, llegándose al final de la liga a los 126 rojas, de las cuales 50 fueron de equipos locales y 76 en los visitantes. En la cuarta jornada hubo 11 expulsiones, por ninguna en la tercera, séptima, 17 y 32 fecha.

Colista: el Pontedeva pagó con el descenso su debut en Primera, siendo el peor equipo de la segunda vuelta. En esta liga fue el más flojo como visitante con apenas un triunfo en Viana, anotando  11 goles y recibiendo 65 lejos de casa. Sufrió más caídas en Outeiro, 12, por las 15 jugando a domicilio.

El mejor en casa: en su tercera participación en la Primera Galicia, el Loñoá cumplió con su objetivo que era la permanencia, aunque las lesiones no le posibilitaron pelear más arriba del décimo lugar en el que acabó. Si bien en casa fue de los más sólidos,  a domicilio llegó a estar 11 sin ganar.

Los reyes del empate: e Allariz y el Vilariño acumularon 11 igualdades en 34 jornadas, por las apenas dos de Antela y Valenzá. Los alaricanos lograron cinco en casa y seis fuera, mientras que los de Chuchi Hidalgo hicieron tablas tres veces en O Medo y ocho a domicilio. El Monterrei, con siete, el que más empates tuvo como local.

Peor racha: los descendidos Viana y Pontedeva han sumado varios de los peores números en la categoría. El Viana desde el inicio de liga y el equipo de Alonso en la segunda parte de la liga contabilizaron 13 partidos sin éxitos, con apenas tres empates y diez caídas, de las cuales ocho fueron consecutivas.

Los penaltis: en la liga se sancionaron 92 penaltis, 55 a los locales y 37 a los visitantes. Se marcaron 79, pararon 12 y desviado el restante. Los que más pararon fueron Gorka (Maside), Kike (Francelos), Jorge (Verín) y Torque (Rante) con dos lanzamientos cada uno. Al Valenzá no le pitaron ninguno a favor.

El fracaso: el Verín, que fue el mejor equipo del último mes de competición, continuará otro año más en la máxima categoría del fútbol provincial. Desde un principio y tomando en cuenta la experimentada plantilla que había confeccionado, era un firme candidato al ascenso. Si bien peleó hasta la última jornada, los problemas internos le restaron credibilidad a un proyecto que se quedó en nada.

Las despedidas: el delantero Juan Gallego puso fin a toda una vida defendiendo los colores del Allariz, el equipo de su pueblo. Su raza de goleador lo convirtió en el máximo artillero del club. En sus 17 temporadas en la Primera Galicia anotó 236 goles (221 en liga y 15 en Copa). Con 30 años fue 'pichichi' en la campaña 10-11 con 31 tantos. Se despidió marcando ante el Polígono y recibió el homenaje de todo el club.

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