Maceda regresa a la máxima categoría del fútbol provincial

El Maceda ha logrado imponerse al Taboadela tras el último encuentro de play offs de Preferente Sur y la temporada que viene disputará Primera Galicia

El Maceda cerró el círculo y se une al Ribadavia, Cented y Rúa en su viaje a la Primera Galicia. El billete lo obtuvo cinco años después de su anterior etapa en la máxima categoría provincial, al vencer a Taboadela por 2-0 en un abarrotado Cardenal Quiroga que celebró por todo lo alto el séptimo ascenso en sus 70 años de historia.

Arrancó decidido y punzante el cuadro macedano, como queriendo resolver cuanto antes la eliminatoria, y su primer aviso lo certificó Fran con un disparo que fue rechazado con dificultad por el portero Miguel.

Los visitantes intentaron reaccionar, pero les costaba llegar con frescura a la última línea macedana. Su aproximación más nítida fue una incursión por la banda de Kevin, cuyo posterior disparo se estrelló en el lateral de la red, lo que dio un respiro de alivio a los cientos de aficionados locales que tiñeron de rojo sus gradas.

El Maceda no claudicó y lo intentó con los desmarques de Iván Rubio, la personalidad y el empuje de Siota y las endiabladas embestidas de Víctor Cacharrón, que abrió la lata. Fontela metió un perfecto pase a las espaldas de la defensa, que aprovechó el ariete macedano y ante la salida desesperada del portero picó el balón para el 1-0.  

Antes de llegarse al descanso pudo llegar a empatar el Taboadela, luego de una melé dentro del área que remató Mohamed, pero que se encontró con el pie salvador de Yago Cid, que despejó a un metro de la línea de gol.

El cuadro de Eleazar Rodríguez buscó en la segunda parte la fórmula de llegar a la igualdad y sus intenciones casi se cumplen en un desborde de Kevin cuyo centro peligroso fue resuelto por Cabana.

El Maceda supo refugiarse y a traves de las contras inquietó los dominios del cancerbero Miguel, que tuvo mucho trabajo y solventó varias situaciones comprometidas, especialmente ante Iván Rubio o Víctor Cacharrrón. También destacó el infatigable trabajo de Siota, que tuvo en sus botas el segundo gol local, pero su remate cruzado marchó cerca del palo derecho. El jugador número 12 no paró de llevar en volandas a su equipo, que le devolvió ese aliento con el 2-0.  Fue en una falta colgada sobre el área que Fran, apareciendo desde atrás, remató con maestría. La locura se apoderó de los aficionados y jugadores locales, que acariciaban el cambio de categoría.

Tardía reacción

El Taboadela, tocado en su amor propio, buscó recortar distancias más con el corazón, pero se encontró con una defensa inexpugnable que se multiplicó en los balones aéreos.

El tiempo se fue esfumando hasta que el pitido final del árbitro desató la lógica felicidad de un pueblo cuyo equipo cambia de traje y luce nuevamente el de Primera.

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