Más agrio que dulce

El Antela se quedó a las puertas de su primer triunfo de la temporada. Otra vez. Los limianos se olvidaron de las numerosas bajas, y presentaron una notable puesta en escena ante el potente Atios. Lograron llegar al descanso venciendo 2-0 pero, en la segunda parte, sufrieron más ante el poder ofensivo visitante y cedieron un empate entre la polémica y la tensión.

Con juveniles en el once titular y en el banquillo para paliar las ausencias, los de Moisés Pereiro no salieron con complejos. Apretaron desde el principio y tuvieron su recompensa. En el minuto 10, Carlos recibe un balón en la banda derecha, recorta y suelta un zurdazo desde el pico del área que se cuela por la escuadra. Golazo y alegría en la grada.

Una satisfacción que aumentó cinco minutos después cuando Fali, con picardía, aprovechaba una mala cesión de la defensa del Atios a su portero y subía el 2-0 al marcador.

Nada nuevo para un Antela que se ha puesto muchas veces por delante esta campaña, pero que no supo mantener su renta. Esta vez los limianos sí aguantaron sin demasiados apuros hasta un descanso esperado y bien recibido por los locales.

En el bando visitante, cambios. Cuando un equipo puede tirar de jugadores como Uru y Wadir como revulsivos, muestra su potencial.

Fue cuando el partido tuvo un guión muy claro: los de Porriño se lanzaron al ataque, pero el Antela podía aprovechar los huecos atrás y montar una contra que sentenciase el partido.

Julián apareció para meter dos manos salvadoras, pero no pudo con la tercera. Balón a Uru y, en el segundo palo, marca el 2-1 en el minuto 75.

Viejos fantasmas aparecieron. Y más cuando un córner botado desde la derecha, encontraba la cabeza de Wadir, que ponía el 2-2 definitivo.

Entre medias, penaltis que el árbitro no quiso ver y protestas desde la grada. Al final, un punto de mérito en el fondo, pero que por la forma es más agrio que dulce para los limianos.