san martiño

Una matrioshka con zapatillas

Alejandro Fernández cruza la meta como ganador de la 43 edición de la San Martiño (ÓSCAR PINAL).
photo_camera Alejandro Fernández cruza la meta como ganador de la 43 edición de la San Martiño (ÓSCAR PINAL).
La Popular ha ido creciendo sin descanso en cantidad y en calidad hasta convertirse en una referencia social cargada de alicientes en torno a la prueba

Una hora antes llovía y bastante. Suficiente para dejar en casa a los pocos indecisos que haya dejado para el año que viene su participación. A los diez minutos de la carrera volvió a llover. Ahora menos. Imperceptible ya para los miles que estaban en marcha. Para Alejandro Fernández, que se aproximaba al kilómetro 5, y para los que todavía no habían llagado al primero.

Más que amenaza, la lluvia fue solo una parte más de atrezzo en la San Martiño. Nada determinante para una carrera que puede presumir de ser la mejor de Galicia . Ya sin la boina calada que se centraba solo en récords de participación o en atletas africanos que pudieran pulverizar tiempos.

La San Martiño ha optado por la calidad en el fondo y en las formas. Sobrada de cantidad, pero concienciada de pulir cada detalle para satisfacer a los miles que dejan el coche en casa y para los otros miles que lo cogen para venir a Ourense. Ha conseguido convertir en rutina la ausencia de reproches y de percances. Desde la experiencia de un equipo de trabajo que capitanea Marta Míguez y superados los codazos rencorosos para transformarlos en colaboraciones codo con codo.

El premio es una carrera a prueba de previsiones meteorológicas. Sobrada de calidad entre los mejores y multitudinaria entre los atletas populares. Implicada con Ourense hasta recibir el apoyo global de una ciudad que la aplaude a miles en las aceras y arropada por las empresas más reconocibles.

La San Martiño no se discute. No importan los cortes de tráfico, las horas extra de trabajo o los cambios en la agenda para el resto de clubes o deportistas. Todos quieren participar.

Tan importante que se extiende hasta un recinto ferial que se queda pequeño durante los dos días previos para hacer prólogo a la carrera. Que añade argumentos a la agenda de Expourense con una jornada más, ahora con conferencias y congresos. Que da paso ahora a la temporada indoor en una pista con mucho zumo que sacar.

Porque la San Martiño ya no solo se corre. Se aplaude, se apoya y se patrocina. A la Popular se la sigue y se la analiza. Una carrera que ya son cuatro. Un día que se extiende hasta tres. Una prueba deportiva que puede presumir de ser cita cultural, reclamo promocional e imagen social.

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